El ataque a balazos contra el supermercado de la familia paterna de Antonela Roccuzzo, esposa del astro futbolístico Lionel Messi, incluyó una nota intimidatoria contra Leo y el episodio tuvo una repercusión mundial: la prensa internacional, debido a la estelaridad del capitán de la Selección campeona en Qatar, cubrió el hecho y, de esa menara, la violencia narco que azota a Rosario, de la que vienen dando cuenta los medios locales y nacionales desde hace años.
El ataque, cuyos autores este sábado se trataban de identificar en procura de su detención, ocurrió en la madrugada del jueves último. Y, 24 horas después de la balacera, múltiples allanamientos a capos narco de Rosario presos fueron realizados en los penales de Marcos Paz, Ezeiza y Rawson, en el marco de una investigación por presuntas llamadas telefónicas del jefe de “Los Monos”, Ariel Máximo “Guille” Cantero (34), a miembros de su banda.

El hombre de 34 años permanece alojado en el penal de Marcos Paz. Además de en ese complejo penitenciario, los procedimientos fueron realizados este viernes en unidades federales de Ezeiza y Rawson.
Agentes del Departamento de Inteligencia Contra el Crimen Organizado de la Policía Federal buscaron en las cárceles teléfonos celulares y otros aparatos tecnológicos mediante los cuales, según se sospecha, los presos siguen organizando hechos de violencia.
En una de las celdas del penal de Rawson, los investigadores hallaron pequeños boquetes a través de los cuales los presos lograban pasarse los teléfonos celulares con el fin de evitar ser descubiertos durante las requisas, informaron fuentes judiciales.
En tanto, voceros policiales precisaron que en los procedimientos fueron decomisados aparatos de comunicación, documentación y anotaciones.
Lo que dejaron al desnudo los allanamientos, a partir de unas escuchas telefónicas, fue una crisis profunda entre al menos dos facciones de la banda “Los Monos”, que tuvo como consecuencia el primero de febrero último el crimen de Lorenzo “Jimi” Altamirano, un artista callejero y músico de punk ajeno a toda disputa narco, pero a través de cuyo homicidio se envió un mensaje mafioso.
Las escuchas, consignadas por Rosario3.com, revelan que integrantes de la organización criminal alojados en Ezeiza –Damián “Guampa” Escobar y Leandro “Pollo” Vinardi– mantienen una disputa feroz con al menos tres internos del penal chubutense: Rodolfo Héctor “Eri” Masini y su aliado Leandro “El Gordo” Vilches, a quienes se le suma Pablo Nicolás Camino, señalado como quien reclutó a la mano de obra que secuestró y mató a Altamirano.
Según indicios, el enfrentamiento surge de una deuda millonaria por estupefacientes que Escobar y Vinardi mantienen con Masini, quien habría puesto un plazo perentorio para cobrarla: “Diez días”.
En esta disputa intentó mediar “Guille” Cantero, al parecer sin éxito hasta el momento. “(Masini) le quiere cobrar a ‘Guampa’; dice: ‘Le voy a dar un ultimátum de diez días a ‘Guampa’ porque no me paga’; y le digo: ‘No te puede pagar en un año, te va a pagar en 10 días'”, manifestó Cantero en una de las conversaciones.
El 6 de febrero último, “Guampa” planteó a “Guille” que “no le gusta a nadie” que ataquen a los familiares de los involucrados y que semejante accionar atenta contra la propia autoridad del jefe de “Los Monos”. El reclamo se debería al ataque que el bando de Masini habría ordenado contra la familia de un tal “Jano”, donde hirieron a un nene de dos años, acción criminal que enojó a Escobar.
Fuente: Crónica
