Marina Morenico, trabajadora del Plan de Inclusión Social en Buena Esperanza, denunció que fue dada de baja del programa pese a ser jefa de hogar, tener tres hijos menores a cargo y padecer serios problemas de salud.
Morenico explicó que su despido se originó por inasistencias derivadas de sus complicaciones médicas. “Tengo problemas respiratorios, soy hipertensa y utilizo tubo de oxígeno en casa durante el invierno. Mi neumonólogo, el doctor Piquillem, me otorgó un certificado por tiempo indefinido debido a que los productos químicos me hacen daño. Ese documento lo entregué al coordinador local, Ariel Barroso, pero no fue enviado a las autoridades de la colonia. Por eso me dieron de baja”, relató.
A pesar de presentar el certificado y realizar los descargos correspondientes, no obtuvo respuestas. Incluso llegó a hablar con el gobernador y con el jefe provincial del Plan de Inclusión Social, que luego le informaron que su situación era “irrevocable”.
Morenico aseguró que la pérdida del Plan la dejó en una situación crítica. “Soy mamá de tres hijos: dos mellizas de 8 años y un adolescente de 16 que estudia. Trabajo como empleada doméstica, pero no me alcanza para sobrevivir. Gracias al plan tenía una mutual que me permitía cubrir mis costosos tratamientos médicos y estudios, que son fundamentales para mi salud”, señaló.
La mujer lamentó no haber encontrado una solución pese a sus reiterados intentos. “Desistí porque me dijeron que no había forma de devolverme mi trabajo. Era un ingreso clave para mi familia y mi salud. Ahora, hago lo que puedo para salir adelante, pero la situación es muy difícil”, concluyó y pide ser restituida a su trabajo dentro del Plan.
