Este miércoles se desarrollará la segunda Marcha Federal Universitaria para exigir por los sueldos de los docentes y no docentes; sin embargo, al diferencia de la primera que tuvo lugar en abril, esta vez el Gobierno decidió articularse y hablar al respecto. Carlos Torrendell, secretario de Educación, insistió en que su idea no es recortar el presupuesto ni salarios, y que se trata de una marcha politizada.
Durante una conferencia de prensa, de la cual también participaron el subsecretario de Políticas universitarias, Alejandro Álvarez, y la presidenta del Consejo de Coordinación de Política Sociales, Gabriela Real, entre otras personas, el secretario apuntó a que se trata de «una marcha antigobierno con varias consignas, que se guía a los salarios».
«La gente va a las marchas por mil razones, pero una cosa es querer protestar por algo o alguien, y otra cosa es porque se convoca desde la dirigencia. Son dos cosas o pueden ser dos cosas distintas», aseguró. Ante esto, Álvarez añadió: «Y no sería la primera vez que vamos a una marcha creyendo que estamos defendiendo una causa justa y termina siendo aprovechada por alguien que tiene un interés político».
Insistieron en que siempre estuvieron abiertos al diálogo, ahora más que al comienzo de la gestión. Esto no sólo por la actualización del 270% que dieron a las universidades para el funcionamiento, sino también por la paritaria fallida con los docentes y no docentes.
Torrendell: «No queremos recortar los salarios»
El secretario insistió en que el Gobierno destina un 74% del presupuesto educativo a universidades (lo cual se justifica en que las escuelas son potestad de las provincias), y dijo que es el cuarto presupuesto más importante del país. «La idea es cambiar el paradigma, realizar un gasto inteligente y a la par mejorar los salarios», dijo.
El financiamiento había estado congelado desde octubre del 2022, hasta que el oficialismo actual destrabó las negociaciones y otorgó una actualización del 270% a la inversión en funcionamiento. Y prevén que el año que viene aumente un 140%. Sin embargo, alrededor del 80% del presupuesto universitario es destinado al bolsillo de los trabajadores.
Y, a pesar de que los sueldos vienen arrastrando un atraso de más del 40%, las autoridades de educación insistieron a que los salarios promedios que se tienen en cuenta al momento de engendrar esta protesta son de docentes de jornadas simples (10 horas semanales) y que, debido a ello, no comprenden ingresos altos como aquellos con dedicación exclusiva.
La falta de transparencia universitaria
Las Universidades Nacionales reciben fondos públicos para garantizar el derecho al acceso a la educación superior de toda la población. Sin embargo, las entidades universitarias, pese a estar obligadas por ley y según denunció el Gobierno, no rinden cuentas.
Por ejemplo, la UBA, no ha presentado una rendición de cuentas completa desde 2014, cuando la Facultad de Psicología (únicamente) presentó la última auditoría de gastos. En esa ocasión, los montos observados eran becas de apenas $1.700 y un pago «excepcional» de $3.500 por única vez. El informe más reciente sobre una «auditoría de gestión» de la universidad data de 2006 y cubre el ejercicio de 2004, y adeuda la rendición del 89% de los fondos transferidos entre 2015 y 2022.
Álvarez opinó que el Estado está cumpliendo, incluso con gastos menores que no se ven a simple vista, pero del otro lado no hay respuestas positivas: «Los gastos de salud que se están pagando ahora fueron acordados con las universidades. A partir de ese momento, no tuvimos un reclamo en particular sobre reforzar las partidas».
«Yo lo escuchaba al director del Clínicas hablando de la compra de insumos, nosotros transferimos las partidas de la secretaría de hacienda de la universidad, nosotros no hacemos las compras, la distribución interna es de la universidad, si le dan más a la facultad de psicología o a clínicas, lo hace la propia universidad. Nosotros solo estamos pagando las partidas en cuotas hasta diciembre. El funcionamiento de los hospitales sale 69 millones de pesos. nosotros aportamos una masa de fondos que administran otros», sumó.
Los objetivos del Gobierno
En este sentido, Torrendell cerró la conferencia hablando de los objetivos de su gestión dentro de la secretaría: «Queremos un sistema universitario eficiente, que revierta la tendencia actual de bajo egreso, garantizando la terminalidad educativa».
«También adaptar los planes educativos a las necesidades actuales, queremos promover carreras más cortas», señaló. No sólo detectaron que un 38,4% de los estudiantes universitarios están en una situación incierta: no se sabe si asisten a clases o qué hacen en la universidad, sino que además los alumnos suelen tardar el doble en completar sus planes de estudio.
«Queremos un sistema universitario transparente. Que las Universidades informen cómo gastan el presupuesto asignado y den cuenta de cuál es la gestión que hacen del dinero de todos los argentinos. La socialización de la información contribuirá a procesos de distribución más democráticos y eficientes del gasto», añadió.
Y, por último, dijo que buscan «un sistema universitario realmente equitativo, que brinde oportunidades de acceso, permanencia y egreso a los deciles de menores ingresos de la sociedad».
Fuente: Mdz