En el caso de no tener una huerta en casa, aunque sea pequeña, la opción es comprar las hierbas aromáticas frescas en las verdulerías o supermercados. También la posibilidad de conservarlas congeladas en el momento justo, para tener siempre a mano para condimentar nuestros platos.
Es crucial congelar las hierbas antes de que empiecen a perder su frescura. Para que realmente aporten su máximo aroma y sabor en la cocina, deben estar frescas y libres de hojas marchitas. Aunque el freezer no detiene el tiempo por completo, sino que lo ralentiza, tener albahaca, perejil, cilantro, estragón o eneldo congelado es una gran ventaja, por ejemplo.
Cómo congelar las hierbas aromáticas
Un método efectivo y popular consiste en picar las hierbas y distribuirlas en cubeteras y usar aceite alrededor de cada cubito de hierba. Este método permite mantener las hierbas congeladas.
También, se puede frizar directamente las hierbas picadas en bolsas de plástico. Para este método, separa las hierbas que vas a usar, descarta las hojas dañadas y los tallos innecesarios. Lávalas bien con agua y sécalas lo mejor posible sin dañarlas. Pícalas y colócalas en una bolsa de frizer. Añade aceite para que queden bien cubiertas, pero sin inundar la bolsa.
Luego, aplana la bolsa, extrayendo el máximo de aire posible y deja un pequeño espacio entre las hierbas y la apertura. Sella bien la bolsa y colócala en una bandeja o plato antes de ponerla en el frizer. Esto permitirá que se congelen en una forma plana y ocupen menos espacio.
Este método ofrece la ventaja de que puedes cortar la cantidad necesaria de hierbas con tijeras de cocina sin necesidad de descongelar el contenido. Aunque no son ideales para decorar platos, son perfectas para añadir a salsas, guisos, vinagretas, estofados, rellenos, sopas o currys.
Si eres propenso a olvidar el contenido de las bolsas, es útil anotar el contenido y la fecha en cada una antes de llenarla.
Fuente: TN