El testeo es una práctica científica muy usada en la industria cosmética, que consiste en experimentar con productos, sustancias o procedimientos en distintas especies. Durante décadas, esta práctica se realizó sin freno, pero el avance de las organizaciones proteccionistas les está poniendo un fin legal.
Los animales sometidos a pruebas suelen experimentar dolor, estrés y angustia. Diversos estudios demostraron que los resultados de estas pruebas no siempre son extrapolables a los humanos, lo que hacía que pendiera de un hilo su validez.
Debido a las críticas y a la creciente conciencia sobre el bienestar de las especies, muchos países y organizaciones internacionales tomaron medidas para restringir o prohibir estas prácticas:
- Unión Europea: Fue uno de los primeros bloques en prohibir completamente las pruebas cosméticas en animales.
- India: Ha implementado una prohibición total.
- Israel: También prohíbe las pruebas en animales para cosméticos.
- Nueva Zelanda: Es un referente en materia de bienestar animal y ha prohibido estas prácticas.
- Canadá: Ha tomado medidas significativas para reducir y eventualmente eliminar las pruebas en animales para cosméticos.
- Varios países de América Latina: Como México, Brasil y Chile, han avanzado en la aprobación de leyes que incentivan métodos alternativos al uso de animales.
¿Qué pasa con el testeo en animales en Argentina?
En nuestro país, cada vez más los consumidores que exigen productos “cruelty free” o libres de crueldad. Sin embargo, este pedido todavía no está regulado. La Ley 14.346, que prohíbe el maltrato animal, no incluye los testeos en laboratorios.
Esta decisión es duramente criticada por los activistas, porque señalan que inevitablemente los ejemplares sufren durante el proceso, lo que equivale a un tipo de maltrato.
La normativa prohíbe la mutilación y experimentación “más allá de lo indispensable”. Además, castiga el abandono de los animales utilizados en experimentaciones, lo que indirectamente “regula” testeo.
Fuente: Planeta 26
