Días atrás, luego de una larga serie de denuncias y especulaciones, el Banco Central de la República Argentina (BCRA) informó que había completado «exitosamente» las transferencias de parte de sus reservas en oro entre sus diferentes cuentas. En el comunicado oficial solo da cuenta que las reservas en oro se encuentran tanto en formato físico (barras y lingotes) como en formato electrónico (cuentas en el exterior).
Para aplacar los ánimos y las denuncias explicó que estas operaciones no alteraban el volumen total de las reservas en oro que se mantenían equivalentes a casi 5.000 millones de dólares a fines de agosto pasado. Se amparó, lógicamente, en el tema de la confidencialidad de la administración de las reservas internacionales, sin dar mayores explicaciones sobre las transferencias ni despejando las dudas en torno a este tema.
¿Qué pasó con el oro? ¿A dónde fue a parar? Estos y otros interrogantes continúan merodeando en el mercado y, sobre todo, en la política.
En primer lugar, hay que recordar que el BCRA ostenta, según las estadísticas internacionales 61,7 toneladas de oro en sus reservas internacionales, esto equivale a más de 2.176 millones de onzas troy, a julio pasado. Eso representaba poco más del 18% del total de sus reservas internacionales.
Este oro fue comprado durante la presidencia de Néstor Kirchner en 2004 (fueron unas 54,8 toneladas) y luego en la segunda presidencia de Cristina Fernández de Kirchner en 2011 (7 toneladas más). Las primeras compras se hicieron en la presidencia de Alfonso Prat Gay en el BCRA y las otras en la de Mercedes Marcó del Pont. El stock total no varió desde esas fechas, salvo a fines del 2021, pero luego se recuperó la tenencia original, por lo que habría sido alguna operación de swap.
Desde que comenzaron los pedidos de informes, las denuncias a mediados de julio pasado para saber qué pasaba con el oro del BCRA, un manto de neblina se ciñó sobre el tema. Hoy, todavía, persisten las dudas e interrogantes.
Mercado londinense
Sin embargo, desde el principal mercado de metales preciosos del mundo, London Bullion Market (LBM), empezaron a despejarse algunas dudas. Fue recién a mediados del mes pasado cuando los expertos de Gainesville, especializado en el mercado de lingotes y monedas de oro y plata, detectaron que en junio pasado habría ingresado un cargamento de oro al Reino Unido procedente de Argentina.
¿Qué detectaron estos especialistas? Dicho sea de paso, han sido uno de los pocos que echaron luz sobre las sospechosas compras de oro del banco central de China (BPoCh) en el mercado londinense.
La información recaba en el Reino Unido por estos expertos es que en junio el mercado londinense recibió un cargamento de oro por valor de 150 millones de dólares procedente de Argentina y que lo más probable es que ese oro haya sido enviado por el BCRA para ser utilizado como garantía en el LBM.
Ocurre que, en general, el oro monetario, es decir el que posee un banco central, está exento de ser revelado en los datos aduaneros. Pero, al igual que en el caso de la compra de oro por parte del BPoCh (Banco Popular de China) en Londres, si los llamados bullion banks, es decir las entidades que operan este negocio de los lingotes, se encargan del envío y del seguro correspondiente, el metal precioso sí aparece en las estadísticas de comercio internacional.
Estos expertos estiman que el Reino Unido importó 3 toneladas (por un valor de 150 millones de dólares) de las existencias del BCRA, porque hasta donde se dispone de datos del departamento de aduanas británico, el país nunca comerció una cantidad de oro con Argentina antes de junio.
En el caso chino, las operaciones se fueron detectando con fuentes vinculadas al negocio, teniendo en cuenta que, en los datos aduaneros globales, oficialmente denominados Estadísticas del Comercio Internacional de Mercancías (IMTS, por sus siglas en inglés), todo el oro que se divulga es «no monetario», es decir, no es propiedad de un banco central.
Así en el reglamento IMTS de las Naciones Unidas se lee que los datos aduaneros excluyen el oro monetario: dado que el oro monetario se considera un activo financiero y no un bien, las transacciones relacionadas con él deberían excluirse de las estadísticas del comercio internacional de mercancías.
Sin embargo, allegados al tema relacionaron datos de importación y exportación de oro con el oro monetario. Por lo general, los bancos centrales compran oro a los bancos de lingotes que organizan el transporte y el seguro del metal. En el momento en que estos bancos envían el oro desde el Reino Unido, se convierte en lingote no monetario, pero cuando llega a otro país, por ejemplo, a China, se monetiza (cambia de propietario) y se lleva a las bóvedas del banco central, supuestamente en Pekín.
Como toda esta información tiene un delay, habrá que esperar a las próximas semanas para ver si detectan otros embarques. El BCRA no informó ninguna cantidad ni destino. Pero la información proveniente de Londres da cuenta que en junio ya habrían llegado unas 3 toneladas. Sin embargo, estos expertos londinenses consideran que además del Reino Unido, había que contemplar la posibilidad de que el BCRA también se haya enviado oro a Suiza.
Ahora bien, según los criterios del Fondo Monetario Internacional (FMI) puede hacer la vista gorda en cuanto a que el BCRA mantenga en su balance el oro intercambiado. Vale explicar que las reservas de oro de un banco central, según el FMI, pueden incluir «depósitos de oro y, si corresponde, oro intercambiado».
Hasta el momento lo único que puede especularse es que podrían haber utilizado, como lo hicieron los últimos dos gobiernos, poco más de 7 toneladas de las reservas de oro para hacer swaps y obtener una rentabilidad. La última vez fue en julio y en agosto del 2023, cuando salieron y entraron 7 toneladas, respectivamente. O bien, para negociar algún préstamo de oro garantizado, que es la definición de un swap: se trata de un intercambio al contado de oro por moneda, en el que ambas partes acuerdan revertir la transacción en una fecha predeterminada en el futuro por un precio fijo.
El contrato implica un intercambio al contado y a plazo, por lo que se denomina préstamo garantizado o asegurado. Por ejemplo, si un banco central quiere pedir prestada una cantidad de dólares, pero cree que la tasa de interés en dólares es demasiado alta, en ese caso los bancos de lingotes ofrecen un descuento si el banco central pone onzas de oro para garantizar el préstamo en dólares.
Fuente: Mdz