El presidente de la Cámara de Farmacias de San Luis, Ricardo Barañano, advirtió que “a todo lo que se le quite supervisión entraña peligro” en relación con la medida del gobierno nacional de autorizar la venta de ciertos medicamentos en kioscos. “Nunca hay un acuerdo para saber si esto le conviene a la gente”, cuestionó.
Barañano recordó que esta situación remite a la desregulación de la década de 1990 y señaló los riesgos que conlleva. “Un hombre vino con dolor de muela, compró una tira de analgésicos y tomó cuatro comprimidos porque el dolor no cedía. En lugar de acudir al dentista, el consumo excesivo le pudo haber provocado gastritis severa o incluso una hemorragia estomacal”.
El dirigente enfatizó que, aunque sean de venta libre, los medicamentos presentan riesgos, y el farmacéutico es quien mejor puede asesorar sobre su uso. Destacó que en San Luis todavía predomina una actitud conservadora, con clientes que buscan orientación de personal capacitado.
El Gobierno habilitó la venta libre de dos grupos de medicamentos: analgésicos y protectores gástricos. Sin embargo, Barañano alertó que “los voceros del Estado anunciaron su intención de ampliar este listado”.
Asimismo, criticó el impacto económico de la medida. Tras la devaluación de diciembre, “los precios de los medicamentos se dispararon”. Aunque algunas marcas bajan sus costos por menor demanda, en San Luis rige la Ley de Genéricos, que obliga a ofrecer varias opciones para una misma droga.
Barañano subrayó que los medicamentos de venta libre pierden automáticamente la cobertura de las obras sociales, lo que representa un gasto adicional para los consumidores.