El Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz (CESO) elaboró un informe que analiza las variables económicas derivadas de las políticas del presidente Javier Milei y proyecta un panorama sobre el futuro a corto y mediano plazo para la Argentina bajo estas medidas.
El reporte parte de una pregunta clave: ¿la política económica de Milei implica un cambio de paradigma o simplemente repite las mismas recetas que fracasaron en otros gobiernos de los últimos años?
Titulado “¿Cambio de paradigma o más de lo mismo?”, el informe destaca los índices positivos que la economía muestra en los primeros 11 meses de administración del presidente libertario, pero advierte sobre el impacto en la sociedad.
En declaraciones a SanLuis24 Radio, Federico Zirulnik, economista de CESO, subrayó que, por ejemplo, el dato de la inflación de octubre, que fue del 2,7% según el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC), “es un buen indicador”.
Sin embargo, aclaró: “Que baje la inflación significa que los precios suben a un ritmo cada vez más lento, y eso no garantiza que los ingresos se recuperen. Si uno compara el poder adquisitivo de los ingresos en noviembre de 2023 con el poder adquisitivo actual, sigue estando por debajo. Y noviembre de 2023 no es un buen punto de comparación, ya que los salarios estaban muy bajos”.
Esta realidad es más notoria en los salarios del sector público, los trabajadores informales y los jubilados de la mínima, cuyas pérdidas de poder adquisitivo son aún mayores que las de los empleados «en blanco».
“La mitad de las familias argentinas está peor que hace un año, y eso con una inflación a la baja”, destacó Zirulnik.
El futuro de la economía de Milei
El economista advirtió que el nivel de estos indicadores, “es muy difícil de sostener en el tiempo, y si se sostiene será con recesión o con niveles de actividad y salarios similares a los actuales, sin una verdadera recuperación de los ingresos”.
Al mismo tiempo, la cuestión del «dólar» juega un papel clave en la recuperación o no de la economía. Zirulnik indicó que el país queda atado al mercado internacional, que tiene una volatilidad propia, y que Argentina tiene que afrontar pagos de vencimiento de la deuda externa. Además, depende de las condiciones climáticas para que el campo pueda desarrollar su producción a pleno.
“Una economía que crece va a demandar muchos más dólares, sobre todo si se profundiza la apertura comercial que pretende el Gobierno”, sentenció.