Consolidada el año pasado como una herramienta que reformula de modo drástico los consumos culturales en el mundo, los NFT desembarcaron con fuerza este 2022 en Argentina ante el surgimiento de iniciativas que rescatan el trabajo de artistas como Marta Minujín, Gyula Kosice y Eduardo Mac Entyre. O con la promoción para su uso en ferias como Vibrant en el Museo Castagnino de Rosario, un fenómeno que reconfigura el ecosistema del arte y que merece atención, no tanto por lo novedoso, sino por los desafíos que conlleva.
Se viene hablando bastante de los NFT o token non fungible (no intercambiables), un activo digital único certificado por un contrato inteligente que se valida en una” blockchain” o bloque de datos. En lo concreto, los NFT son parte de una nueva forma de creación, producción y circulación de bienes culturales tal como pudo observarse en varios eventos de este año en el país, y se ubicó en agenda internacional a partir de la histórica subasta del collage digital “Todos los días: los primeros 5.000 días” de Beeple que se vendió en US$ 69,3 millones durante 2021. Previamente, fue el boom de los CryptoPunks lanzado en 2017 por Larva Labs y compuesto por 10.000 personajes únicos y coleccionables.

Así como las crisis suelen ofrecer oportunidades, la pandemia impulsó otros abordajes, creatividades y sustentabilidades posibles -aún en desarrollo y escrutinio para el mundo del arte y sus protagonistas- que prometen seguir creciendo.
Parte de ese nuevo imaginario en construcción se vincula a la industria del entretenimiento y el espectáculo con los nuevos espacios que combinan y abren perspectivas para públicos más cercanos a las lógicas del gaming, por ejemplo, como la adquisición de ropa y los sistemas de intercambio de objetos virtuales, lo que genera un dinamismo diferente al tradicional del coleccionista de obras de arte y nuevos jugadores.
Por lo pronto, fue importante la “evangelización” en torno a los NFT y las obras de arte en Argentina, y a su vez, el panorama puede leerse en lo que escribió en Forbes el productor estadounidense Josh Wilson sobre el impacto en su país -entre inflación, recesión y la caída de las criptodivisas en un 97% desde principios de año, según Bloomberg- al señalar que “la industria del entretenimiento es un área de crecimiento seguro para esta tecnología, ya que sigue integrándose con marcas de medios de comunicación, festivales de cine y contenidos”. Una esperanza que parece reflejarse en nuestro país, salvando distancias geográficas, posiciones dominantes y acceso a las tecnologías.
Entre eventos y propuestas, en junio de este año se llevó adelante la velada Vibrant en el Museo de Bellas Artes Juan B. Castagnino de Rosario organizada por artistas, productores y empresas locales acompañados por la Internet Computer de Dfinity Foundation de Suiza, que congregó a más de 4.000 personas en dos días de muestra y charlas sobre metaverso, aspectos económicos del arte digital y NFT. “Es importante que existan este tipo de eventos, que promuevan y apuesten por estas visiones emergentes en el mundo del arte”, reconocieron los organizadores y subrayaron que “hoy el mundo del NFT es un poco más popular y atractivo”, producto de gente que se “arriesga a favor del arte”.
Fuente: Infobae
