Un innovador estudio científico ha demostrado que los loros pueden usar videollamadas para comunicarse entre ellos, estableciendo vínculos y desarrollando habilidades sociales. El experimento, realizado por investigadores de la Universidad de Northeastern y otras instituciones, revela cómo las aves interactúan a través de dispositivos tecnológicos como tablets y smartphones.
Un equipo de investigadores de la Universidad de Northeastern, en colaboración con el MIT y la Universidad de Glasgow, ha realizado un estudio que muestra cómo los loros pueden establecer relaciones a través de videollamadas. Este hallazgo sorprendió a la comunidad científica, pues demuestra que las aves no solo pueden usar tecnología, sino que también desarrollan dinámicas sociales complejas.
El experimento, realizado con 18 loros, duró casi tres meses y se centró en la capacidad de estas aves para comunicarse mediante tablets y smartphones. A través de una interfaz diseñada específicamente, los loros podían elegir a sus compañeros y realizar llamadas de hasta cinco minutos en sesiones organizadas dos veces al día.
Durante el estudio, los loros no solo interactuaron con otras aves, sino que comenzaron a formar vínculos. Algunas aves, como Ellie, una cacatúa de Goffin, y Cookie, un loro gris africano, establecieron una relación tan fuerte que continuaron «hablando» entre ellas más de un año después del experimento.
Además, los loros mostraron una asombrosa capacidad para aprender nuevos comportamientos observando a sus compañeros. Desde técnicas de vuelo hasta nuevas vocalizaciones, las videollamadas proporcionaron un espacio para el aprendizaje por observación. Este fenómeno es crucial para comprender cómo los animales pueden beneficiarse de interacciones virtuales, especialmente cuando viven en entornos controlados por humanos.
A pesar del éxito del experimento, no todos los loros respondieron positivamente. Tres de ellos abandonaron el estudio después de mostrar signos de estrés o miedo, lo que subraya la necesidad de una supervisión cuidadosa cuando se implementan tecnologías en el entorno de los animales. Este hallazgo resalta tanto los beneficios como los desafíos de usar tecnología para enriquecer la vida de las mascotas y animales en cautiverio.
El estudio sobre los loros y sus videollamadas marca un avance significativo en la comprensión de la cognición y las emociones de los animales. Además, plantea nuevas preguntas sobre cómo la tecnología puede mejorar el bienestar de los animales, especialmente aquellos que interactúan estrechamente con los humanos. Este experimento no solo destaca la inteligencia social de los loros, sino que también abre la puerta a futuros estudios sobre el uso de dispositivos digitales en la vida animal.