Después de intensivas negociaciones que se mantuvieron en secreto, la Argentina y el Reino Unido anunciaron que se pondrá en marcha un nuevo Plan Proyecto Humanitario (el tercero de estas características) para identificar a soldados argentinos que murieron en la guerra de Malvinas y que están en tumbas sin nombre o mal nombradas.
Este plan, para el que aun no hay fecha aunque se estima que comenzará el año que viene, en realidad estaba casi cerrado en marzo del año pasado, pero el excanciller Santiago Cafiero decidió dar marcha atrás y detener la colaboración que se englobaba debajo del acuerdo conocido como “Foradori-Duncan”.
Ahora se retomó esa idea y se espera que el plan de trabajo sea similar a los dos anteriores, a través de los cuales se permitió la identificación de 121 soldados: lo llevará adelante la Cruz Roja Internacional y participarán peritos argentinos, ingleses y de otras nacionalidades.
Los cuerpos se exhuman, se examinan, se recuperan pertenencias si las hay (que se suelen entregar a sus familiares luego) y luego se toman muestras de ADN que se comparan con muestras de miembros de cada familia. En los dos proyectos anteriores se montaron laboratorios y morgues en containers al lado de las tumbas que permitieron trabajar a los forenses en total hermetismo y lejos de la población isleña.
“Siempre hemos querido una relación positiva con la Argentina, sea quien esté en el gobierno. Con el gobierno anterior pudimos trabajar en temas como salud, género y cambio climático. Pero lamentablemente no pudimos hacer este tipo de colaboración porque el Canciller (Cafiero) abandonó el pacto. La mayoría de los caídos fueron identificados en proyectos anteriores, pero detrás de cada caído hay una familia, una historia muy triste. Tenemos muchas ganas de hacer este proyecto”, dijo a TN Kirsty Hayes, embajadora de Reino Unido en la Argentina.
En conjunto con el anuncio del nuevo Plan Proyecto Humanitario también se comunicó que volverá a hacerse un vuelo con familiares de caídos, algo que no ocurría desde la pandemia.
Cómo se creó el cementerio de Darwin
En julio de 1983, el capitán inglés Geoffrey Cardozo había sido enviado a las islas Malvinas para gestionar el regreso de los soldados ingleses al Reino Unido. Sin embargo, se encontró con una tarea titánica: recoger los cuerpos de los argentinos que habían quedado diseminados por las islas después del combate y crear un cementerio para darles un entierro digno. Y así lo hizo: contrató sepultureros profesionales y se pasó los próximos meses recorriendo las islas y levantando cadáveres. Anotaba cada dato en una libreta que luego volcó en un informe.
Como muchos jóvenes no tenían ninguna chapa de identificación o documento de identidad encima, Cardozo enterró sus cuerpos con cuidado bajo una cruz y con una placa que rezaba: “Soldado solo conocido por Dios”. Todos, identificados y anónimos, fueron enterrados en el cementerio de Darwin, creado exclusivamente para caídos argentinos.
Pero en 2008, viendo que no se había motorizado la identificación de ningún caído pese al avance tecnológico que permitía cotejar ADN, Cardozo le entregó su informe al veterano Julio Aro que empezó a insistir a las autoridades argentinas para que se exhumen los cuerpos, tomen muestras y las comparen con ADN de familiares.
Luego de años, en 2017 se pudo hacer un primer proyecto humanitario en donde se desenterraron todos los cuerpos de tumbas anónimas y se tomaron muestras que servirían luego para cotejar con ADN. Se lograron 90 identificaciones positivas y luego se fueron sumando más a medida que aparecieron más familiares a dar sus muestras de sangre. En 2021 se llevó adelante un segundo proyecto para identificar una tumba, la C 1 10, que estaba mal nombrada.
Según pudo saber TN en esta etapa, en principio, se trabajará con una tumba que lleva el nombre de Ramón Edmundo Ordóñez, pero que originalmente no estaba en el informe Cardozo. El inglés enterró allí a un joven que no pudo identificar con certeza (creía que era Ordoñez), pero luego los isleños colocaron su nombre allí. Ahora se exhumarán esos restos para que la familia de Ordoñez pueda saber con certeza quién está allí.
También se desenterrarán restos que yacen en la isla Borbón en donde se estrelló un Lear Jet. En su momento, Cardozo recogió algunos restos del lugar (apenas pedazos de quienes iban en esa aeronave) y los enterró en una tumba “solo conocida por dios”, la B 4 16. Era imposible identificar a alguien en ese estado. Así lo hizo saber en su informe.
Sin embargo, años después, nuevamente, aparecieron nombres y apellidos que no correspondían ahí. En este caso, de caídos de la Fuerza Áerea.
Ahora se revisarán y cotejarán esos restos juntos con algunos más que quedaron en Borbón para determinar sus identidades.
TN se comunicó con Cardozo después de anunciada la noticia. El veterano inglés aun no sabe si será parte del proyecto de exhumación como ocurrió antes.
“Estoy emocionado de ver que nuestros países se comprometen para terminar este proyecto que significa tanto para familias y amigos de los soldados argentinos que murieron en el conflicto de 1982 y aun no fueron identificados. Mantengamos las cosas simples y enfoquémonos en el aspecto humanitario de esta tarea y no nos dejemos distraer o retrasar por nada que pueda prolongar el dolor de esas valientes madres que ya duró demasiado”, dijo Cardozo.
Fuente: TN