“La Argentina tiene la oportunidad de posicionarse como un polo de inteligencia artificial (IA) por sobre Europa, China y Estados Unidos. Tenemos un Presidente que capturó al sector tecnológico”, afirmó el jefe del Consejo de Asesores de Javier Milei, Demian Reidel, quien resaltó: “Los planetas están alineados para que hagamos lo imposible”.
Para el economista, China, Europa y Estados Unidos se ubican hoy como los tres grandes hubs de innovación, aunque el escenario es más complejo. “Europa lo que mejor hace es regular, pero mata la innovación y casi no tiene ingresos. China hace lo que quiere, no podemos contar con ellos para que colaboren. Y en Estados Unidos no sabemos cómo se dará la regulación en el Congreso. Esto hace que la Argentina se convierta en una alternativa, cuando normalmente no nos mirarían. Por una vez en la vida, presentamos una alternativa creíble”, explicó.
En esa línea, en el Foro Argentino de Inversiones, Reidel precisó que la inteligencia artificial forma parte de la agenda estratégica nacional. Y explicó que, para la atracción de inversiones, el primer paso recae en alcanzar el equilibrio fiscal. “No habrá ninguna inversión si no tenemos equilibrio macroeconómico. Generar equilibrio y estabilidad fiscal es lo primero”, remarcó.
“Hay dos maneras de realizar el ajuste. Nosotros estamos haciendo el ajuste ahora, que lleva a que baje el riesgo país y la inflación, y de forma ordenada, de modo que uno elige los ítems sobre los que trabajar. Cuando no se hace así, se hace de forma cavernícola: uno se patina la guita y no para hasta que se acaba la música. De esta manera, el ajuste se da igual, pero desordenadamente, y el riesgo país y la inflación suben”, señaló.
En referencia a gobiernos previos que catalogó como “similares”, como los de Mauricio Macri y de Carlos Menem, aclaró que esta vez “será distinto”. “Los mercados se cierran porque no hay más confianza. Nosotros estamos desactivando esa bomba al principio. La obsesión por el equilibrio fiscal significa atacar aquello que destruyó las administraciones anteriores”, explicó.
Para Mariano Mayer, presidente de la Asociación Argentina de Capital Privado, Emprendedor y Semilla (ARCAP), “el potencial de la Argentina continúa siendo inmenso, a pesar de los errores y desafíos de los últimos años”.
“Tenemos una riqueza en recursos naturales difícil de igualar, un capital humano de gran talento y una comunidad emprendedora vibrante que ha demostrado su capacidad de innovar y crecer, incluso en los contextos más adversos. Nuestro sector tecnológico es testimonio de esto, posicionándose como uno de los más dinámicos y competitivos de América Latina”, resaltó.
“No es casual: en las últimas décadas el talento emprendedor argentino ha sido reconocido a nivel internacional por su aporte destacado en las más diversas industrias, la Argentina es la cuna de grandes empresas de primer nivel mundial, como MercadoLibre, Arcor, Techint, Galicia, IRSA, Globant, Adecoagro, y tantos más”, añadió.
El humano como copiloto
A la hora de analizar la aplicación de la inteligencia artificial, Daniel Rabinovich, COO de Mercado Libre, trajo a la mesa un caso propio. “Algunos usos quedaban bonitos, pero no eran transformacionales. Quisimos generar un lugar dentro de Mercado Libre y transformarlo por completo, y optamos por el de customer service, que era más costoso: la resolución de problemas, que nos cuesta cientos de millones al año”.
A partir del desarrollo de un chatbot basado en IA, Rabinovich remarcó: “El robot tiene que ser autónomo, y el humano tiene que ser su copiloto. Cuando tiene dudas, el robot consulta a un humano mediante una interfaz, le cuenta lo que decidió y le pregunta si está de acuerdo, de modo que nunca un humano habla con un usuario. Lo más interesante de los robots no es que saben hablar, sino pensar”.
Para Rabinovich, en el campo de la IA, la barrera técnica baja, pero sube la de la inteligencia. “El de enfrente también juega. Tiene las mismas herramientas que nosotros, y están bastante al alcance de todos. Hay que salir a competir. No hay atajos para llegar a ningún lugar para valga la pena ir”, cerró.
Fuente: La Nación