Por tradición, el arbolito de Navidad junto a sus adornos se suelen colocar en los hogares el 8 de diciembre. Sin embargo, hay personas que prefieren armarlo antes de tiempo y, para la psicología, esto puede revelar distintos aspectos sobre la personalidad.
1. Búsqueda de felicidad y nostalgia
- Las decoraciones navideñas suelen evocar recuerdos positivos y momentos felices de la infancia o de celebraciones pasadas.
- La anticipación de la Navidad puede generar sentimientos de alegría, calidez y conexión emocional, lo que lleva a algunas personas a decorar antes como una forma de prolongar esos sentimientos.
2. Reducción del estrés
- Las actividades relacionadas con la decoración pueden ser una forma de manejar el estrés. Colocar luces, adornos y árboles navideños genera un ambiente acogedor que ayuda a contrarrestar emociones negativas.
3. Necesidad de control o estabilidad
- En tiempos de incertidumbre o cambios, adelantar las decoraciones puede ser una manera de recuperar una sensación de control o normalidad. Las tradiciones, incluso adelantadas, proporcionan un sentido de estructura.
4. Extroversión y espíritu festivo
- Las personas extrovertidas o con entusiasmo por la socialización tienden a disfrutar de compartir el ambiente festivo con los demás. Decorar temprano puede reflejar su deseo de expresar su entusiasmo y contagiarlo.
5. Resiliencia emocional
- En algunos casos, puede ser un mecanismo para enfrentar la tristeza o la soledad. Rodearse de elementos que simbolizan alegría puede ser una forma de auto-medicarse emocionalmente.
6. Prolongación de la experiencia festiva
- Para quienes disfrutan intensamente de la Navidad, decorar temprano puede ser simplemente un intento de extender el período de celebración y maximizar el tiempo disfrutando de su ambiente favorito.
Fuente: TN