Vecinos del centro de Texas reportaron avistamientos recientes de un felino que podría ser un jaguarundi, especie declarada extinta localmente desde los años 80. Las autoridades aún no confirman el regreso, pero los testimonios se multiplican en redes sociales y despiertan el interés científico.
En mayo de 2025, residentes de Seguin, una localidad del centro de Texas, reportaron la presencia de un felino oscuro y de cuerpo alargado cerca de Link Road y la autopista estatal 46. Las descripciones coinciden con las del jaguarundi (Herpailurus yagouaroundi), un carnívoro silvestre considerado extinto en esta región desde hace casi cuatro décadas.
La noticia se viralizó rápidamente en redes sociales, especialmente en Facebook, donde usuarios compartieron imágenes y relatos similares desde otras zonas del estado, incluyendo Uvalde, Del Rio, Chappell Hill y Lake Jackson.
El jaguarundi es un pequeño felino originario de América que pesa entre 4 y 8 kilos y puede medir hasta 76 centímetros de largo. Su pelaje puede variar entre tonos rojizos y gris oscuro. A diferencia de otros felinos salvajes, este animal es diurno, lo que significa que se muestra activo principalmente durante el día, especialmente al mediodía.
Según el Departamento de Parques y Vida Silvestre de Texas (TPWD), el último avistamiento confirmado ocurrió en 1986 cerca de Brownsville. Desde entonces, se lo considera “extirpado” del estado, aunque aún habita en ciertas regiones del norte de México.
Los recientes reportes han generado debate entre biólogos y conservacionistas. Si bien aún no se ha verificado científicamente ningún avistamiento, los especialistas no descartan la posibilidad de que estos felinos estén regresando a Texas.
Rachel Malstaff, directora del área de mamíferos en el Zoológico de San Antonio, explicó que la pérdida de hábitat en México —debido a la deforestación y al crecimiento urbano— podría estar forzando a estos animales a desplazarse hacia el norte, en busca de nuevas zonas donde asentarse.
Los avistamientos en áreas semirrurales o urbanizadas son poco comunes, dado que el jaguarundi prefiere ambientes densos y alejados de la actividad humana. Sin embargo, el cambio climático y las modificaciones en su entorno natural podrían estar alterando sus patrones de comportamiento y migración.
