La investigación por el asesinato del policía Renato Fuentes en un asalto en Cortaderas avanza entre sospechas y dudas. El accionar de otros miembros de la fuerza de seguridad se encuentra en el centro de la controversia.
El homicidio ocurrió la noche del viernes 20 de septiembre, cuando dos ladrones ingresaron a una casa ubicada en el loteo El Prado de esa localidad de las Sierras de los Comechingones. En el lugar solo estaban una mujer y su hijo.
Los delincuentes golpearon y amenazaron a los moradores, apoderándose de una cuantiosa suma de dinero, armas y otros elementos. El esposo de la víctima, que estaba en Buenos Aires, logró observar el asalto a través de las cámaras de seguridad de la casa y dio aviso a la Policía.
Cuando aún se encontraban en la vivienda, los policías Abel Caro y Renato Fuentes llegaron al lugar y se enfrentaron a tiros con los asaltantes. Fuentes recibió al menos cuatro disparos, uno de ellos en el cuello, lo que le causó la muerte inmediata.
Horas más tarde, fue detenido en la zona rural cercana al domicilio Mauro Maximiliano Vieyra Villegas, uno de los ladrones, quien estaba malherido. El reo fue trasladado al Hospital Madre Catalina Rodríguez de Merlo, donde falleció al día siguiente.
El otro delincuente, Julio Daniel Lescano, fue atrapado el domingo siguiente en un control policial de La Punilla cuando intentaba salir de la provincia en un Citroën C3. Ante la justicia, Lescano, de 32 años, fue acusado de ser el autor de los disparos mortales y cumple prisión preventiva en el Penal de máxima seguridad de Pampa de las Salinas.
Lescano y la teoría del perejil
En una audiencia virtual con la defensora oficial, Agustina Tobares, Lescano insistió en su inocencia y aseguró que hay otro implicado en el tiroteo fatal a quien la policía no investigó.
El imputado tiene un extenso prontuario. Al momento del crimen, estaba prófugo de la provincia de Buenos Aires, donde debía cumplir una condena hasta 2026 por portación ilegal de armas. Además, tiene dos condenas previas por robo agravado por escalamiento.
Durante su diálogo con la defensora, Lescano aseveró que aportó pruebas sobre los autores del hecho. Aseguró que el otro involucrado es un primo del ladrón que falleció, a quien identificó con el nombre de Flavio.
“Mínimo tendrían que haber agarrado a los dos. Quieren cerrar el caso conmigo”, afirmó, y agregó que el primo de Vieyra Villegas “pagó” para quedar desligado de la causa.
También apuntó contra los policías de la Dirección de Investigaciones de Merlo (DDI), a quienes acusó de tener supuestos vínculos con los delincuentes.
“No soy capaz de quitarle la vida a nadie, todas mis causas son por escruche. Ya estoy empapelado”, reafirmó.
El fiscal de Instrucción N°2 de la tercera circunscripción, Marcelo Saldaño, que está a cargo de la causa, indicó que las expresiones de Lescano no son “ninguna novedad” porque, cuando le formularon cargos, también hizo manifestaciones similares.
Además, recordó que Vieyra Villegas acusó a Lescano cuando fue hallado por la policía, y que las pruebas lo sitúan en el lugar y el momento del episodio. “Tenemos numerosas evidencias que lo incriminan; no es un perejil que lo metieron en el proceso”, sentenció.
El funcionario judicial remarcó que ya se investigaron “todos los actores”, y que la investigación está a cargo de la División Homicidios, no de la DDI acusada por Lescano. “No vamos a proteger a nadie. Que aporte pruebas y las vamos a investigar”, insistió.
Sospechas y dudas de la esposa del policía abatido
Mientras tanto, la familia de Renato Fuentes sigue exigiendo justicia y también apunta, en cierta medida, a la Policía.
Nancy Muñoz, esposa del oficial asesinado en cumplimiento de su deber, expresó que la declaración judicial de Abel Caro, subjefe de la Subcomisaría de Cortaderas, le dejó sospechas y dudas.
“Desde un principio me pareció todo muy raro, muy oscuro. Cuando leí la declaración del subjefe, me pareció más raro aún”, señaló a SanLuis24 Radio.
“No le creí, porque describió a Renato de una forma en que él jamás hubiera actuado. Él dice que siempre se mantuvo detrás de Renato, que efectuó varios disparos, pero la prueba de pólvora en sus manos dio negativa”, relató.
En el patio de la vivienda asaltada, la Policía recuperó 21 vainas servidas. “Le hicieron dermotest a todos, y a Caro le dio negativo en ambas manos”, insistió Muñoz.
También cuestionó el operativo que organizó la policía, bajo la dirección del mismo subjefe. “Me pareció rarísimo el accionar de Caro, porque ante un llamado de tal magnitud, mandó a dos efectivos en una moto y él fue en la camioneta con Renato. En el trayecto, la moto se desvía, porque el GPS los manda a otro lado”, señaló.
Una vez en la vivienda, “Renato entra y Caro queda escondido detrás de una puerta”, describió.
“Mi sensación es que Renato llegó y se encontró con una situación inesperada o tal vez vio a personas que no esperaba en ese lugar”, expresó con sospechas y dudas.