Este domingo se cumple un año del asesinato de Maximiliano Chávez, el joven de Villa Mercedes que murió tras recibir una puñalada en el pecho. Por el crimen está imputada su expareja, Briza Brizuela, quien permanece vinculada a la causa judicial.
La fecha volvió a reunir a familiares, amigos y vecinos en una jornada marcada por la emoción, la bronca y el pedido de justicia. Al frente del reclamo estuvo su madre, Miriam Gómez, quien una vez más alzó la voz para exigir respuestas claras.
Una madre que no deja de reclamar
Con profundo dolor, Miriam encabezó una nueva movilización para mantener viva la memoria de su hijo. Entre lágrimas y con firmeza, sostuvo el reclamo para que la causa avance y llegue a una condena ejemplar.
La marcha buscó visibilizar el caso y acompañar a una familia atravesada por la pérdida, en un proceso judicial que todavía no tuvo resolución definitiva.
Los mensajes que anticiparon el crimen
La investigación incorporó como prueba central una serie de mensajes enviados por la imputada minutos antes del ataque. A las 14:10, Brizuela escribió a una prima: “Este culi… se hace el loco, lo voy a ca… matando”.
Cuatro minutos después, insistió: “Me dan ganas de matarlo, posta”.
Para la Fiscalía, esas expresiones evidencian una intención previa que se concretó instantes más tarde.
El ataque y las pericias clave
El homicidio ocurrió el 21 de diciembre de 2024, en la vivienda que la pareja compartía en el barrio La Ribera, en Villa Mercedes. La imputada habría utilizado un cuchillo monofilo, con el que le asestó una puñalada en el hemitórax izquierdo.
La lesión provocó un shock hipovolémico que derivó en la muerte casi inmediata de Maxi. En el expediente también se investiga un posible intento de ocultar pruebas, ya que no fueron hallados el arma homicida ni los teléfonos celulares.
Violencia previa y perfil psicológico
El informe psicológico incorporado a la causa describe impulsividad, frialdad emocional y ausencia de arrepentimiento. Para la querella, el crimen no fue un episodio aislado, sino el desenlace de una relación atravesada por hechos de violencia anteriores.
A un año del asesinato, la familia insiste en que el caso no quede impune.


