Mayra Garro Suñer, mamá de Aarón, un niño de 11 años, contó que su hijo necesita con urgencia una nueva prótesis en la pierna derecha para evitar una mayor deformación ósea.
“Hace más de dos meses que esperamos la firma del gobernador Poggi o de la ministra de Salud para autorizar el material, y mientras tanto su pierna se está torciendo”, expresó la madre, que pide una respuesta inmediata del Gobierno provincial.
Un diagnóstico difícil y un tratamiento que no se detiene
Aarón fue diagnosticado con un tumor en el fémur cuando tenía apenas cuatro años. Tras una serie de estudios, los médicos de San Luis lo derivaron al Hospital Gutiérrez de Buenos Aires, donde se le colocó su primera prótesis en noviembre de 2019.
“El caso de Aarón es único en Latinoamérica, porque este tipo de tumor no aparece en niños tan pequeños. Tuvieron que fabricar una prótesis especial para él”, explicó Mayra.
Con el paso de los años, el niño debió cambiar la prótesis y someterse a distintas intervenciones para acompañar su crecimiento. Hoy, los médicos necesitan reemplazar tres placas y seis tornillos de titanio para corregir una deformación que avanza en su pierna derecha.
Demoras y trámites que agravan la situación
La familia presentó el pedido de materiales hace más de dos meses y medio, pero el expediente sigue sin resolución.
“Nos dicen que el trámite está en cotización o esperando la firma. Llamo cada veinte días y la respuesta es la misma”, señaló Mayra, angustiada por el avance del daño físico en su hijo.
La demora, asegura, agrava la salud de Aarón. “Una de las placas se rompió y la pierna se está torciendo. Si no la cambian pronto, habrá que reemplazar toda la prótesis”, advirtió.
Un sistema más burocrático
La mamá recordó que, años atrás, los trámites para obtener las prótesis eran más ágiles. “Antes el gobierno cotizaba directamente con la ortopedia que fabricaba las piezas. Ahora llaman a licitación a empresas que ni siquiera producen el tipo de material que Aarón necesita”, explicó.
También relató que los traslados y estadías para los controles en Buenos Aires se volvieron más difíciles. “Antes nos daban pasajes en coche cama porque Aarón no puede subir escaleras. Ahora nos envían arriba, sin considerar su condición”, lamentó.
Sin obra social y con esperanza
Mayra y su esposo no tienen obra social, por lo que dependen de la asistencia del Estado para cubrir tratamientos, medicación y viajes. “Presentamos los papeles una y otra vez, aunque el Gobierno ya tiene toda la historia clínica de Aarón. Cada trámite es volver a empezar”, contó.
Pese al cansancio, la familia no pierde la esperanza. “Solo pedimos que autoricen el material para que puedan operarlo. No queremos privilegios, solo que no sigan pasando los días mientras su pierna se deforma”, concluyó.


