El 2024 es un “año clave para los océanos”. Los niveles de contaminación marina son elevados. Pero, hay algo que levanta más inquietud y es la minería marina: la urgencia por salvaguardar los lechos oceánicos.
Todos unidos con una misma intención: batallar contra la minería marina para evitar la destrucción de los fondos marinos.
Hay una mancomunidad de ecologistas, científicos, empresas… una interesante muestra de la voluntad de varios grupos para ayudar al planeta.
La minería submarina dispara las alarmas
La búsqueda de metales, y otros recursos, en los lechos marinos ha sido bastante criticada. Hace unos meses, Noruega aprobó varios planes de minería submarina. Esta decisión levantó una oleada de protestas en varias naciones de Europa.
En España, varias organizaciones ecologistas han querido prevenir que el gobierno español repita lo sucedido en Noruega. Una campaña, enmarcada en una rotunda negativa hacia la minería marina, se esgrime en suelo español.
Pero, no es una tarea sencilla. Los sondeos geológicos demuestran que los minerales en los lechos del mar superan con creces a los que existen en tierra.
Son recursos que despiertan ambición y cuyo valor monetario justifica la inversión en minería submarina.
Es noticia que las organizaciones Amigos de la Tierra, Ecologistas en Acción, Greenpeace, SEO/BirdLife y WWF se aliaron con Deep Sea Conservation Coalition, Juntos enviaron una solicitud al gobierno español.
Han pedido que España lidere un pacto internacional contra la minería submarina. El comunicado lo han entregado a la vicepresidenta tercera del Gobierno y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera.
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La minería submarina destrozaría el lecho marino
La minería submarina destrozaría el lecho marino
Es así como se combinan ecologistas, científicos y empresas contra la minería submarina. Los argumentos expuestos en este manifiestos son amplios, sustentados en consideraciones como las siguientes:
Muchos minerales ya se han usado en móviles, electrodomésticos y muchas piezas electrónicas. Se plantea reciclar estos materiales en vez de buscar más minerales en el fondo del mar.
La minería submarina generaría muchos desechos que alterarían los ecosistemas subacuáticos.
Cambiar la topografía del fondo del mar puede acarrear alteraciones en las corrientes oceánicas.
La vida marina se vería muy afectada. En el fondo de los mares hay ecosistemas complejos, de los cuales depende la oxigenación y equilibrio del agua en los océanos.
Al perforar o excavar el fondo de los mares, se liberan fragmentos y materiales que flotarían en las aguas, llegando hasta los costas, o moviéndose a la deriva en las corrientes de los océanos, causando un desequilibrio.
Resta decir que esta minería en el fondo marino solo puede ser avalada y financiada por gobiernos. Por eso, se ha pedido al gobierno español que inicie una alianza con otras naciones, para frenar una actividad que destrozaría al planeta.
Fuente: Noticias Ambientales