El Ministerio de Salud informó un fuerte aumento de casos de hepatitis A en Argentina durante el primer semestre de 2025. Se registraron 69 contagios, casi la misma cantidad que en todo 2024. La mayoría de los afectados tiene entre 20 y 39 años. Especialistas destacan la importancia de la vacunación para frenar el brote.
Durante los primeros seis meses del año, el Ministerio de Salud contabilizó 69 casos de hepatitis A en el país, cifra que se acerca peligrosamente a los 70 casos reportados durante todo 2024.
La Ciudad de Buenos Aires y la provincia de Salta lideran la lista con 13 contagios cada una, seguidas por Buenos Aires y Córdoba (11) y Santa Fe (5).
El dato que más preocupa a las autoridades sanitarias es el cambio en el perfil etario de los afectados:
- 38 casos en personas de 20 a 39 años
- 17 casos en menores de 20
- 14 en mayores de 40
Este cambio rompe con la tendencia histórica, en la que los niños eran el grupo más afectado por esta enfermedad.
La hepatitis A es una enfermedad viral que provoca inflamación en el hígado. Es altamente contagiosa y se transmite por la vía fecal-oral, el contacto sexual o el consumo de agua o alimentos contaminados.
La hepatóloga Florencia Orellano calificó el aumento como un brote epidemiológico, ya que supera lo esperado para el período.
Por su parte, la médica Romina Lucero advirtió que aunque la mayoría de los casos se resuelven espontáneamente, el virus puede permanecer en el cuerpo y reactivarse años después, especialmente en personas inmunocomprometidas.
Síntomas y diagnóstico
Las especialistas coincidieron en que los principales síntomas de la hepatitis A son:
- Náuseas y vómitos
- Fiebre
- Dolor abdominal
- Ictericia (color amarillento de piel y ojos)
- Orina oscura y materia fecal clara
En muchos casos, sin embargo, la infección puede ser asintomática.
El diagnóstico se realiza mediante un análisis de sangre que detecta anticuerpos. Si el resultado es positivo, se derivan estudios más complejos como cargas virales y genotipado, para determinar el tipo de hepatitis.
¿Quiénes deben vacunarse?
Desde 2005, la vacuna contra la hepatitis A forma parte del Calendario Nacional de Vacunación. Se aplica una única dosis al primer año de vida, con una efectividad del 95% al 99%.
También se recomienda aplicar dos dosis en los siguientes grupos:
- Varones que tienen sexo con varones
- Mujeres trans
- Trabajadores sexuales
- Personas con enfermedades hepáticas o de coagulación
- Personal de laboratorios, jardines maternales o gastronómicos
- Personas que viajen a países con alta o mediana endemia
Para adultos fuera de estos grupos, la vacuna no es gratuita y cuesta alrededor de $100.000 por dosis.
¿Por qué aumentaron los casos?
Las médicas señalaron que el aumento de contagios está vinculado a:
- Falta de vacunación en adultos
- Viajes a países endémicos (como Bolivia)
- Prácticas sexuales sin protección
- Condiciones sanitarias deficientes
Lucero explicó que una persona infectada puede contagiar a cinco más, por lo que destacó la importancia de medidas de higiene y saneamiento: “Si no se maneja bien la limpieza de excretas, los no vacunados se enferman”.
Qué pasa con las otras hepatitis
Hepatitis B
- Transmisión: sangre o relaciones sexuales
- Puede ser fulminante y genera el 45% de los trasplantes hepáticos en Argentina
- Se vacuna con tres dosis (más una de refuerzo en niños)
- El tratamiento es de por vida y está cubierto por el Estado
Hepatitis C
- Se transmite por sangre infectada
- No hay vacuna
- El tratamiento tiene un 99% de efectividad, pero es costoso
- Se detecta tarde por ser mayormente asintomática
Hepatitis D
- Solo se presenta en personas con hepatitis B
- No hay vacuna específica, pero la vacuna contra la hepatitis B protege
- Puede derivar en cirrosis o cáncer de hígado
Hepatitis E
- Pocos casos en Argentina
- Se transmite por agua o alimentos contaminados
- La vacuna existe solo en China, no aprobada por la OMS para el resto del mundo
El brote de hepatitis A registrado en 2025 marca un retroceso en la prevención de una enfermedad que estaba controlada en el país. El cambio en el grupo etario afectado, la baja cobertura de vacunación y las condiciones sanitarias insuficientes reafirman la necesidad de reforzar campañas de inmunización y educación sanitaria, especialmente en adultos.
