El Banco Mundial redujo su proyección de crecimiento económico para Argentina en 2025 a 4,6%, frente al 5,5% estimado en junio, según su último Informe Económico de América Latina y el Caribe. La revisión responde a la volatilidad macroeconómica, las condiciones financieras adversas y un entorno internacional menos favorable.
El Banco Mundial ajustó a la baja su estimación del Producto Bruto Interno (PBI) de Argentina para 2025, ubicándolo en 4,6%. Si bien la cifra representa una desaceleración respecto a las proyecciones anteriores, el país se mantiene como la segunda economía con mayor crecimiento esperado en la región, solo detrás de Guyana (11,8%).
El informe fue elaborado con datos actualizados al 25 de septiembre de 2025 y refleja una combinación de factores internos y externos que afectan el desempeño económico del país.
Volatilidad local y condiciones globales adversas
Según el organismo, el recorte obedece al impacto de la inestabilidad macroeconómica y a un escenario financiero internacional más complejo, caracterizado por altas tasas de interés, caída en los precios de las materias primas y una creciente incertidumbre comercial derivada de la guerra comercial entre Estados Unidos y sus principales socios.
A nivel local, el Gobierno de Javier Milei enfrenta tensiones derivadas del endurecimiento de las condiciones financieras, en un contexto político sensible por las próximas elecciones legislativas de medio término, consideradas clave para medir el respaldo social al oficialismo.
Desafíos tras dos años de contracción
Aunque el Banco Mundial prevé que 2025 marcará un repunte para Argentina tras dos años de caída económica, advierte que la consolidación de la recuperación dependerá de la estabilidad macro y del flujo de inversiones.
El PBI nacional registró en el segundo trimestre de 2025 una contracción del 0,1% frente al trimestre anterior, según el Indec, lo que podría anticipar una recesión técnica si la tendencia se repite.
Por su parte, un informe de la Universidad Torcuato Di Tella reveló que la probabilidad de recesión alcanzó el 98,61% en agosto, frente al 56% de julio, evidenciando el deterioro de las expectativas.
El Banco Mundial destacó ciertos avances logrados por el Gobierno argentino en la fase inicial del plan de estabilización, como la desaceleración de la inflación y la obtención de un superávit fiscal. Sin embargo, la inversión —tanto pública como privada— continúa en niveles moderados, afectada por la falta de crédito y las restricciones presupuestarias.
El organismo prevé que el crecimiento del PBI argentino se ubique en 4% anual entre 2026 y 2027, impulsado por la recuperación de las exportaciones agrícolas tras la sequía de 2023 y una leve mejora del consumo interno.
En el plano regional, el Banco Mundial proyecta un crecimiento de 2,3% para América Latina y el Caribe en 2025, apenas superior al 2,2% de 2024. Las principales economías, como Brasil y México, también sufrieron recortes, mientras que Colombia muestra una mayor resiliencia gracias al impulso del consumo y la inversión privada.
El organismo advierte que el bajo crecimiento regional no solo responde a la pandemia o al estancamiento de los precios de las materias primas, sino también a problemas históricos, como la baja inversión, los déficits fiscales y la alta informalidad laboral.
Entre sus recomendaciones, el Banco Mundial insta a fortalecer el capital humano, promover la innovación y replantear la estructura tributaria para sostener un crecimiento más inclusivo y sostenible.