Brasil enfrentará una menor producción de trigo durante la actual campaña agrícola, lo que impulsará un aumento en las importaciones del cereal. Según proyecciones oficiales y privadas, la demanda externa superará los 7 millones de toneladas en 2025, el nivel más alto desde 2013. En este escenario, Argentina se consolida como el principal abastecedor, gracias a su cosecha récord y precios competitivos.
La Compañía Nacional de Abastecimiento (Conab) informó una reducción del 19,9% en la superficie sembrada de trigo, con una producción estimada en 7,5 millones de toneladas, afectada principalmente por menores siembras en Rio Grande do Sul y Paraná, que registraron caídas del 14% y 28% respectivamente.
Los analistas coinciden en que la merma productiva y los altos costos logísticos refuerzan la dependencia estructural de Brasil del trigo importado, una situación que lo expone a variaciones del tipo de cambio y a las políticas comerciales internacionales.
De acuerdo con la consultora Safras & Mercado, la producción brasileña se ubicará cerca de los 7,3 millones de toneladas, y las importaciones alcanzarán un volumen similar, impulsadas por la competitividad de los países vecinos, especialmente Argentina.
Con una producción superior a los 20 millones de toneladas, Argentina aprovecha el contexto regional para ampliar su participación en el mercado brasileño. Datos de la Bolsa de Cereales de Rosario (BCR) indican que entre junio y septiembre se exportaron 2,9 millones de toneladas de trigo, con Brasil como principal destino (1,8 millones, equivalentes al 61% del total).
La segunda mitad de la campaña permitió un récord histórico de exportaciones, superando las 800.000 toneladas mensuales en agosto y septiembre. Este desempeño permitió “limpiar” la oferta interna y mantener precios competitivos frente a potencias exportadoras como Rusia, Ucrania, Francia y Alemania.
Según estimaciones de la BCR, la campaña 2024/25 finalizará con un saldo de 4,7 millones de toneladas disponibles para el nuevo ciclo, lo que asegura el abastecimiento y la capacidad exportadora de Argentina.
Los precios internos del trigo en Brasil muestran una tendencia a la baja. El Centro de Estudios Avanzados en Economía Aplicada (Cepea/Esalq) informó que en el último trimestre, en Rio Grande do Sul, el cereal se pagó en promedio USD 240 por tonelada, un valor 9,2% inferior al de septiembre de 2024 y el más bajo desde abril del año pasado.
Especialistas atribuyen esta caída al impacto de la breve eliminación de las retenciones en Argentina, que generó un “efecto deflacionario” en el mercado brasileño, forzando a los compradores a aceptar valores menores.
Entre enero y agosto, las importaciones brasileñas de trigo registraron el mayor volumen desde 2007, impulsadas por precios externos más competitivos. El volumen proveniente de Argentina aumentó un 24% interanual, alcanzando su mayor nivel desde 2021. En los últimos doce meses, las compras totales rondaron los 6,77 millones de toneladas, un incremento del 13,5% respecto del año previo.
Demanda interna en crecimiento y desafíos estructurales
El consumo de trigo en Brasil continúa en ascenso. En dos décadas, pasó de 10,69 millones de toneladas en 2006/07 a 13,21 millones en 2025/26, impulsado por el crecimiento poblacional, el aumento del consumo de panificados y pastas, y la incorporación del cereal en la alimentación animal.
Sin embargo, los expertos advierten que los problemas logísticos y de costos internos limitan la competitividad del trigo brasileño frente a la oferta importada. Esta situación prolonga la dependencia del país respecto del suministro externo y refuerza el papel de Argentina como socio estratégico en el comercio de granos.