La crisis migratoria domina la etapa final de la campaña presidencial en Chile. José Antonio Kast y Jeannette Jara llegarán al balotaje del 14 de diciembre con propuestas opuestas sobre cómo enfrentar la presencia de casi 1,9 millones de migrantes en el país. El tema, reactivado por tensiones en la frontera con Perú, se convirtió en uno de los principales ejes del debate político.
Un escenario marcado por cifras récord y tensiones fronterizas
Chile registra hoy casi 1,9 millones de migrantes, cerca del 10% de su población, un incremento del 46,8% en cinco años. De ellos, 336.000 se encuentran en situación irregular. Aunque el ingreso ilegal cayó un 48,3% desde 2021, la percepción ciudadana empeoró: un 55% de los chilenos cree que existen conflictos fuertes entre locales y migrantes, según el Centro de Estudios Públicos.
Las recientes escenas de extranjeros varados en la frontera con Perú, tras la militarización de la zona, reavivaron el debate y dieron pie a un cruce directo entre los candidatos.
Expulsiones masivas y fin de la regularización
El candidato republicano ha endurecido su discurso y promete expulsar a todos los migrantes en situación irregular si llega a la presidencia en marzo de 2026.
- Expulsiones inmediatas para quienes no salgan voluntariamente.
- Fin de beneficios sociales en salud, vivienda y educación para personas sin documentación.
- Centros de retención para migrantes cuyos países no acepten repatriaciones, como Venezuela.
- Costo compartido del viaje de expulsión: calcula vuelos chárter de 100 personas por unos 100 millones de pesos chilenos.
Kast también plantea cambiar la normativa de nacionalidad para que los hijos de padres migrantes irregulares no obtengan automáticamente la ciudadanía chilena.
Estas propuestas generaron críticas de ex cancilleres de centroizquierda y izquierda, quienes consideran que no son viables ni respetan estándares internacionales de derechos humanos.
Empadronamiento biométrico y control fronterizo coordinado
La candidata de izquierda apuesta por medidas de ordenamiento y registro, rechazando lo que denomina “propuestas populistas”.
Sus principales iniciativas incluyen:
- Empadronamiento biométrico nacional obligatorio, con un plazo máximo de seis meses.
- Expulsión solo para quienes no se registren en ese proceso.
- Fortalecimiento del Sistema Nacional de Migraciones y del control laboral.
- Plan Estratégico de Control Fronterizo, con más personal policial y apoyo militar.
- Programas de convivencia intercultural para reducir tensiones entre comunidades.
Jara acusa a Kast de usar electoralmente la situación en la frontera y pide una coordinación estrecha con Perú, la cual los cancilleres de ambos países ya iniciaron.
Preocupación por la viabilidad y el respeto a derechos humanos
El tono del debate llevó a cinco excancilleres a publicar una carta denunciando que las propuestas de Kast “carecen de sustento logístico y diplomático”, especialmente por la negativa de algunos países a recibir repatriados.
La Iglesia Católica también se pronunció. El cardenal Fernando Chomali advirtió que no se puede clasificar a los habitantes en categorías y llamó a una política migratoria que respete la dignidad humana.


