Investigadores chinos aseguran haber creado una tecnología que reduce drásticamente el ruido de los submarinos, lo que podría cambiar el equilibrio militar global. El sistema fue presentado en 2024 y pone en alerta a Estados Unidos, Japón y Australia por sus posibles implicancias en escenarios de conflicto naval.
Durante décadas, la posibilidad de construir un submarino completamente silencioso fue una ambición inalcanzable para cualquier potencia militar. Sin embargo, científicos en China aseguran haber logrado un avance sin precedentes al desarrollar un sistema que reduce drásticamente el nivel de ruido de estos vehículos sumergibles, volviéndolos casi imposibles de detectar.
Este avance representa una amenaza estratégica para las fuerzas navales de Estados Unidos y sus aliados en el Indo-Pacífico, ya que permitiría a la flota china acercarse a territorios enemigos sin ser detectada, incluso para lanzar ataques de gran escala.
El desarrollo chino combina tecnologías activas y pasivas para aislar las vibraciones del motor. El resultado: una reducción del ruido de hasta 26 decibelios (dB), cifra que permitiría a los submarinos «camuflarse» en el ruido ambiental del océano, que suele oscilar entre 85 y 95 dB.
En comparación, los submarinos estadounidenses más silenciosos, como los de clase Ohio, operan en torno a los 90 dB, mientras que modelos más antiguos, como los de clase Los Angeles, alcanzan los 130 dB. Este nuevo sistema podría reducir el nivel sonoro de los submarinos chinos hasta el punto de hacerlos indetectables por los sistemas de vigilancia convencionales.
Estados Unidos lleva años investigando métodos para eliminar completamente el ruido submarino, incluso intentando prescindir de hélices y motores convencionales. No obstante, estos proyectos enfrentan limitaciones técnicas significativas, como la necesidad de superconductores avanzados y sistemas de refrigeración extremadamente complejos. Además, muchas de estas soluciones generan campos magnéticos que podrían delatar la posición del submarino.
A diferencia de estos desarrollos teóricos, el sistema chino ya estaría siendo probado en su flota, una de las más grandes del mundo, lo que supone una ventaja operativa concreta frente a sus rivales.
La introducción de submarinos ultrasilenciosos en la armada china representa un cambio radical en la balanza del poder naval. Países como Estados Unidos, Japón y Australia podrían ver comprometida su capacidad de detección y defensa submarina.
En un escenario de conflicto, estos nuevos vehículos permitirían a China posicionarse cerca de costas enemigas sin ser identificada, limitando la capacidad de respuesta y aumentando significativamente el riesgo de ataques preventivos o sorpresivos.
