El Gran Premio de Azerbaiyán dejó un sabor amargo para Franco Colapinto. El argentino de 22 años había mostrado una largada impecable, ganando tres posiciones en las primeras vueltas para instalarse en la 13ª colocación, con la ilusión de acercarse a la zona de puntos. Pero la ilusión se desmoronó tras un incidente con Alex Albon que condicionó por completo su domingo.
Con un Alpine A525 que sigue sin dar respuestas, Colapinto volvió a sacar a relucir su madurez conductiva en el inicio. La estrategia con neumáticos medios lo impulsó hacia adelante y le permitió sostener batallas de ataque y defensa en un circuito callejero tan exigente como el de Bakú. Sin embargo, al salir de boxes con gomas duras, se encontró con su ex compañero de equipo y la historia cambió.
En el giro 17, Albon intentó una maniobra arriesgada en un sector donde prácticamente no había espacio. Tocó la rueda trasera izquierda del argentino y lo mandó contra el muro. El golpe le costó a Colapinto un trompo, la rotura del alerón delantero y, sobre todo, 12 segundos que lo sacaron de cualquier posibilidad de pelear por los puntos.
“En lo de Alex perdí 12 segundos con el trompo y el golpe en la pared, más después el alerón roto. Me complicó la vida, una carrera larga. Hice las cosas bastante bien de mi lado. Es lo más que puedo hacer y esperar a que mejoremos”, se lamentó el de Pilar al finalizar.
El joven argentino terminó 19°, apenas por delante de su compañero Pierre Gasly, en una muestra clara de las dificultades que atraviesa Alpine. “Una carrera muy complicada, sin ritmo. Pasé a varios autos al inicio, pero el auto no tiene el nivel. Hay que tomar demasiados riesgos para ir fuerte y no salen las cosas”, admitió con resignación.
La FIA responsabilizó a Albon del toque y lo sancionó con 10 segundos y dos puntos en su superlicencia, lo que finalmente lo relegó al 13° puesto tras haber cruzado 11°. “Tuvimos un poco de lío con Franco, fue culpa mía”, reconoció el tailandés en zona mixta.
Mientras tanto, Colapinto sigue lidiando con un Alpine que no logra salir del fondo de la parrilla y que, en Bakú, volvió a quedarse lejos de la pelea. El argentino muestra destellos de su talento, pero depende de una mejora urgente del equipo francés para poder demostrarlo en los puestos que realmente merece.
