El economista Fabián Medina advirtió que el gobierno de Javier Milei afrontará un panorama complicado después del 26 de octubre, especialmente si se confirman los resultados que marcan las encuestas. Medina recordó que fue el propio Milei quien decidió “plebiscitar” su gestión en las elecciones de medio término.
El riesgo del «dólar libre» sin apoyo externo
Medina señaló que la situación más crítica llegará el 1 de noviembre. En esa fecha, por acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), se establece la flotación del dólar libre, eliminando las bandas de flotación.
El economista enfatizó la diferencia crucial: “Esto no es lo mismo hacerlo con fondos que hacerlo sin fondos”.
Según Medina, la casi segura derrota de La Libertad Avanza tendrá una repercusión directa en el apoyo de Washington: “Si Milei pierde, Estados Unidos no va a mandar nada, ni SWAP, ni DECS, ni bonos”.
Medina explicó que este apoyo requiere la aprobación del Congreso estadounidense, ya que los SWAP y los DECS son fondos de la Reserva Federal. Sin esa ayuda, el Gobierno solo podrá sacar las bandas de flotación “y que pase lo que Dios quiera”.
Además, el experto alertó que “hoy el gobierno está más débil que nunca y no tiene fondos” y advirtió que lo que se compró con la retención 0% podría tener que devolverse por un fallo judicial.
Preocupación en los mercados y quiebre político: el futuro del gobierno de Milei
El economista remarcó que “los bonistas están muy preocupados” porque Argentina perdió reservas en los últimos seis meses y existe incertidumbre sobre la posibilidad de cobro en enero.
En este contexto de fragilidad, Medina planteó que en los próximos días “va a subir el riesgo país a 1.200 o a 1.300”, lo que complicará aún más la posibilidad del gobierno de obtener financiamiento.
Finalmente, el economista adelantó una grave consecuencia política si el oficialismo sufre una derrota contundente: “Si Milei llega a perder el plebiscito nacional, no sé si Mauricio Macri se va a hacer cargo del gabinete”, debido a la gran diferencia en las encuestas, que marca “casi 30 puntos de diferencia en Buenos Aires”.