Con la participación de más de 50.000 delegados de 200 países, este lunes comenzó en la ciudad amazónica de Belén, al norte de Brasil, la Cumbre del Clima COP30, un encuentro decisivo en la lucha global contra el cambio climático. La conferencia se extenderá hasta el viernes 21 de noviembre y busca acordar medidas concretas para limitar el calentamiento global a 1,5 °C.
La sede de esta edición no fue elegida al azar. Belén, capital del estado de Pará, se encuentra en el corazón de la selva amazónica, considerada uno de los ecosistemas más importantes para la regulación del clima del planeta. Con esta ubicación, los organizadores buscan enviar un mensaje simbólico sobre la urgencia de proteger el “pulmón del mundo” y promover una transición real hacia economías más sostenibles.
El contexto de esta cumbre es alarmante. Los datos climáticos confirman que 2025 será uno de los tres años más calurosos jamás registrados, acompañado por un aumento de desastres naturales, incendios y sequías extremas en diversas regiones del planeta.
Ante este panorama, el secretario general de la ONU, António Guterres, advirtió en su discurso previo a la apertura de la COP30 que “lo que aún falta es valentía política”. Exhortó a los gobiernos a abandonar los combustibles fósiles y crear un fondo climático de 1,3 billones de dólares para ayudar a los países más pobres a enfrentar la crisis ambiental.
La COP30 marca una década desde la firma del Acuerdo de París (2015), cuando 196 países se comprometieron a mantener el calentamiento global por debajo de los 2 °C, y de ser posible, más cerca de 1,5 °C. Sin embargo, los avances han sido limitados.
Expertos coinciden en que las metas de 2015 no fueron suficientes y que es necesario redoblar los compromisos nacionales con políticas efectivas de reducción de emisiones y adaptación climática.
El eje central: actualización de las metas climáticas (NDC)
Uno de los puntos más relevantes de la cumbre es la revisión de las Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC), los compromisos que cada país adoptó para reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero.
Hasta el momento, 79 países (64%) ya presentaron sus informes actualizados, mientras que 118 aún deben hacerlo, entre ellos Argentina, cuya delegación está encabezada por el subsecretario de Ambiente, Fernando Brom, junto a representantes de la Cancillería.
Financiamiento climático y fondo de Pérdidas y Daños
El financiamiento climático es otro tema clave en la agenda. La ONU propone un fondo internacional que apoye a las naciones más vulnerables —aquellas que menos contribuyen al cambio climático pero más sufren sus efectos— en su transición hacia energías limpias.
Además, se debatirá la implementación del Fondo de Pérdidas y Daños, destinado a asistir económicamente a los países afectados por desastres climáticos severos, como huracanes, inundaciones o incendios. Esta medida resulta especialmente importante para los países insulares, en riesgo de desaparecer por el aumento del nivel del mar.
La COP30 en Brasil representa una oportunidad histórica para reactivar el compromiso global frente al cambio climático. Los líderes del mundo deberán transformar los discursos en acciones concretas que garanticen la sostenibilidad del planeta y la supervivencia de las próximas generaciones.


