La Fiscalía brasileña ha denunciado a Bolsonaro por liderar una supuesta organización criminal que intentó impedir la investidura de Luiz Inácio Lula da Silva tras su victoria en las elecciones de 2022. Entre los delitos se incluyen el intento de derrocar al gobierno electo, generar un «estado de defensa» mediante un decreto, y hasta planear el asesinato de Lula y del juez Alexandre de Moraes.
La investigación también vincula a Bolsonaro con los disturbios ocurridos el 8 de enero de 2023, cuando sus seguidores asaltaron las sedes de los tres poderes en Brasilia, en un intento de desestabilizar al nuevo gobierno.
El proceso judicial
El juicio comenzó con una votación unánime del Tribunal Supremo Federal (STF), liderado por el juez Alexandre de Moraes. Este proceso es histórico, dado el contexto político de Brasil, marcado por los ecos de la última dictadura militar (1964-1985). La falta de apoyo de los altos mandos militares impidió que el complot tuviera éxito, según las autoridades.
Bolsonaro, quien no asistió a la sala en el segundo día de deliberaciones, ha declarado que se trata de una «persecución política» motivada por intereses partidarios y la intención de impedir su candidatura en 2026. A pesar de estar inhabilitado hasta 2030 por cuestionar el sistema electoral, el expresidente sigue manteniendo aspiraciones presidenciales.
La defensa de Bolsonaro, encabezada por su abogado Celso Sanchez Vilardi, ha intentado desestimar las acusaciones, alegando que no se hallaron pruebas suficientes para incriminar al exmandatario. Además, la defensa intentó apartar a tres jueces del caso, incluidos Moraes, acusando a este último de tener un «interés personal» en el proceso.
A pesar de los graves cargos, Bolsonaro mantiene su figura como líder de la oposición y sigue siendo un referente de la extrema derecha en Brasil. En su discurso, comparó su situación con la de Donald Trump, sugiriendo que su caso podría tener un desenlace similar al del expresidente estadounidense, quien logró volver a la Casa Blanca a pesar de sus propios problemas judiciales.
Impacto de la decisión
Este juicio representa no solo una batalla judicial para Bolsonaro, sino también un momento clave en la política brasileña. La figura del expresidente continúa siendo polarizante, y el país se enfrenta a una creciente incertidumbre política con las elecciones de 2026 en el horizonte. Mientras tanto, el actual presidente Lula se encuentra en una posición delicada, con una popularidad en declive y una posible reelección incierta.