La eliminación del control estatal sobre los precios de la yerba mate, implementada por el presidente Javier Milei en diciembre de 2023, ha generado una crisis en el sector productivo. La medida ha provocado una caída del 50% en el valor real de las cosechas, dejando a miles de pequeños productores en una situación de incertidumbre económica.
Hasta fines de 2023, el Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM) establecía un precio mínimo para la materia prima, garantizando estabilidad en el mercado. Sin embargo, la desregulación ha permitido que los precios sean determinados por la oferta y la demanda, beneficiando a grandes molinos que dominan el 70% de la producción y comercialización.
Productores como María Ferreira, ubicada en la provincia de Misiones, advierten sobre la crisis: “No cubrimos ni los costos”, señala, mientras protestan contra la medida. La historia se repite, ya que en la década del ‘90 una situación similar provocó el colapso del precio de la yerba, lo que derivó en protestas masivas en 2002.
Un sector en peligro: Impacto en productores y trabajadores
La desregulación no solo afecta a los productores, sino también a los trabajadores temporales, conocidos como tareferos, quienes se encargan de la cosecha de la yerba mate. El gobierno eliminó el programa de intercosecha, un subsidio destinado a sostener los ingresos de estos trabajadores durante los meses sin producción.
Sonia Lemos, cosechadora con más de 30 años en la actividad, enfrenta una dura realidad: “Recibía 64.000 pesos argentinos al mes hasta diciembre. En enero me dijeron que no la cobraríamos más. No sé cómo haré para comer hasta la próxima cosecha”, confiesa.
El ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger, defiende la medida asegurando que ha permitido una reducción del 30% en el precio final para los consumidores. Sin embargo, líderes del sector advierten sobre el avance del mercado negro y la concentración del negocio en manos de grandes empresas.
El expresidente interino del INYM, Jonás Petterson, sostiene que la eliminación del control estatal favorece a grandes corporaciones en detrimento de los pequeños productores. “El INYM garantizaba la sostenibilidad de la industria, mientras que el DNU de Milei prioriza la rentabilidad”, afirma.
Futuro Incierto para la Yerba Mate
A pesar de la crisis, las encuestas reflejan un país dividido: el 42% de los argentinos respalda las reformas de Milei, mientras que el 51% las rechaza. Aunque muchos productores yerbateros enfrentan pérdidas económicas, algunos aún apoyan al presidente debido a la reducción de la inflación.
Mientras tanto, el INYM permanece en un limbo administrativo, sin un presidente designado que pueda restablecer el control sobre los precios. El futuro del sector yerbatero sigue siendo incierto, con productores y trabajadores en busca de soluciones para sobrevivir en un mercado cada vez más desigual.


