A solo dos semanas de asumir el mando, Bolivia atraviesa una crisis política entre el presidente electo, Rodrigo Paz, y su vicepresidente, Edman Lara. El conflicto se desató luego de que Lara denunciara públicamente que su compañero de fórmula no atiende sus llamadas ni responde sus mensajes.
El reclamo público del vicepresidente electo Edman Lara
A menos de quince días de la asunción presidencial prevista para el 8 de noviembre, el clima político en Bolivia se tensionó tras una serie de declaraciones del vicepresidente electo Edman Lara, quien acusó al futuro presidente Rodrigo Paz de ignorarlo.
En un video difundido este lunes, el ex capitán de la policía pidió a Paz que “no se emborrache de poder” y denunció que el mandatario electo “ya no contesta las llamadas ni los mensajes”. Lara afirmó que el contacto entre ambos se volvió “casi imposible” desde el triunfo electoral y pidió que se respete su rol institucional.
“Antes hablábamos seguido, ahora es difícil hablar con Rodrigo Paz. Quiero pensar que está ocupado”, expresó Lara en un tono conciliador, aunque con evidente molestia.
Denuncias de desconocimiento y advertencias políticas
El vicepresidente electo aseguró que algunos sectores “pretenden desconocerlo como autoridad electa” y reclamó a Paz que intervenga para detener esa situación.
“Si lo hace, estaría desconociendo la función del vicepresidente y a su propio compañero de fórmula, con quien luchó y se sacrificó para llegar hasta acá”, advirtió Lara.
Durante su discurso, también prometió defender el voto de los ciudadanos que los eligieron:
“No voy a permitir que ningún ministro robe esta patria. El capitán Lara no va a defraudar al pueblo boliviano.”
Lara pidió además a Dios que “ilumine la mente y el corazón de Rodrigo Paz para que no se deje emborrachar de poder ni se aísle de la gente”.
Una alianza que fue clave para derrotar al oficialismo
Rodrigo Paz y Edman Lara, del Partido Demócrata Cristiano (PDC), resultaron ganadores en la segunda vuelta del 19 de octubre, con un 54,96% de los votos, frente al 45,04% obtenido por la fórmula derechista Jorge Quiroga–Juan Pablo Velasco. Con su victoria, pondrán fin a más de veinte años de gobiernos de corte izquierdista en Bolivia.
Analistas coinciden en que la incorporación de Lara, figura popular y con fuerte llegada a sectores de seguridad y clase media, fue decisiva en la primera vuelta del 17 de agosto. Sin embargo, la relación entre ambos comenzó a deteriorarse durante la campaña del balotaje.
En aquel período, Lara lanzó declaraciones que generaron ruido político, asegurando que denunciaría a Paz si detectaba “actos deshonestos” y que no lo apoyaría en caso de pactar con “políticos tradicionales”. Aunque tras el triunfo aparecieron juntos en conferencia de prensa, la tensión no tardó en resurgir.


