La previa del cruce entre Independiente y Rosario Central por la 16ª fecha del Torneo Clausura volvió a quedar envuelta en tensión. Pablo “Bebote” Álvarez, histórico líder de la barra del Rojo, fue detenido este sábado por la tarde en Gerli junto a dos de sus laderos y más de 200 integrantes de la facción “Los Diablos Rojos”, en el marco de un operativo que buscó evitar un enfrentamiento directo con el grupo rival, “Los Dueños de Avellaneda”.
Un operativo que evitó un choque entre facciones
A la altura de los Siete Puentes, personal policial interceptó a 212 barras que se dirigían al estadio Libertadores de América–Ricardo Enrique Bochini. La justicia entendió que el objetivo era intentar recuperar la popular Norte, hoy controlada por la facción rival.
Durante el operativo se incautaron bombos y banderas, y fueron detenidos Álvarez y sus aliados más cercanos: “Terremoto” Caiño y Lucas Gauto. Todos quedaron aprehendidos bajo el artículo 5 de la ley del deporte, por instigar o promover la formación de grupos violentos. El exjefe barra posee además derecho de admisión vigente para ingresar a los estadios.
La UFI 4, a cargo del fiscal Mariano Zitto, recaratuló la causa como “intimidación pública”. Aunque pasaron la noche en la comisaría, podrían recuperar la libertad en las próximas horas.
Una interna que arrastra años de disputas
El intento de regreso de Bebote no sorprendió a las autoridades. El exlíder ya había anticipado en redes sociales que ante Rosario Central buscaría retomar “su” tribuna. Incluso publicó videos desafiantes mostrando supuestas banderas robadas a la facción oficial y llamando a un enfrentamiento directo con el actual jefe, Mario Nadalich.
La interna de Independiente lleva años de fractura. Con Álvarez fuera de escena tras su paso por prisión, el control pasó a manos de Juan Ignacio Leczniki y Nadalich, quienes fundaron “Los Dueños de Avellaneda” y desplazaron definitivamente al antiguo referente. Desde entonces, Bebote intentó reagrupar a los suyos, pero sin éxito sostenido.
En paralelo surgieron otras facciones, como los hermanos Escubilla, pero tampoco lograron imponerse. El quiebre reciente llegó luego del partido de Copa Sudamericana frente a Universidad de Chile, cuando varios miembros de la barra oficial recibieron derecho de admisión y perdieron respaldo dirigencial. Ese contexto abrió una nueva ventana para que Bebote buscara volver al poder.
La señal que encendió las alarmas
En los días previos, Álvarez publicó varios mensajes en redes sociales asegurando que regresaría a la popular Norte. Mostró banderas, lanzó amenazas y retó a pelear a Nadalich “mano a mano”, asegurando que el ganador se quedaba con la tribuna.
Ante esa escalada, Aprevide desplegó un fuerte operativo para evitar un choque entre grupos. El propio parte policial destacó que había riesgo “de un choque sangriento entre ambas facciones”, motivo por el cual se intervino antes de que llegaran al anillo de seguridad del estadio.
Burla de la barra oficial tras la detención
Luego de conocerse la aprehensión de Bebote y su grupo, la barra oficial publicó en redes mensajes irónicos celebrando el operativo. En la tribuna también aparecieron cánticos y referencias dirigidas al exlíder detenido.
Una tarde que pudo terminar en tragedia
El episodio, que ocurrió pocas horas antes del partido con Rosario Central, vuelve a dejar en evidencia la fractura interna y la puja por el control de la popular. La rápida intervención policial evitó un enfrentamiento que podría haber tenido consecuencias graves.
La investigación judicial continuará, mientras la interna de Independiente, una de las más complejas del fútbol argentino, vuelve a quedar expuesta en un clima que preocupa tanto a autoridades como a la dirigencia.
