Día de la cirugía sin sangre, un hito en la medicina que permite lo que parecía imposible

La efeméride es en conmemoración al 16 de mayo de 1962, cuando Denton A. Cooley (famoso cirujano cardiovascular realizador del primer trasplante cardíaco) y sus colaboradores realizaron la primera cirugía a corazón abierto “sin sangre” en una paciente testigo de Jehová; más adelante, en 1970, se consolidaría formalmente la denominada ‘Bloodless Surgery’ (cirugía sin sangre).

En los últimos cuarenta años, el aumento de la conciencia en torno a los riesgos inherentes a las transfusiones sanguíneas ha dado origen al mejoramiento de la seguridad de los componentes de la sangre.

Actualmente, “la práctica de la medicina de transfusiones hace hincapié en el uso prudente de la transfusión sanguínea; es decir, recurrir a ella solo cuando el contexto clínico de ese paciente indica que es la única opción terapéutica”, explicó Dra. Alicia Beatriz Vilaseca, jefa de hematología de la clínica San Camilo (M.N. 70484) y miembro de la SAH, Sociedad Argentina de Hematología.

Por qué la sangre es un recurso limitado

Los componentes sanguíneos ya sean glóbulos rojos, plaquetas, plasma y sus derivados son recursos limitados, ya que sólo pueden obtenerse de donaciones voluntarias y altruistas,y conllevan un costo económico significativo por los procesos asociados a su obtención, procesamiento y administración.

Por otra parte, es importante destacar que los bancos de sangre trabajan diaria y arduamente para lograr un adecuado abastecimiento. La comunidad conoce también lo difícil que es aportar donantes de sangre, lo que muchas veces se convierte en un una búsqueda desesperada.

La cirugía sin sangre reduce riesgos de infección y permite una más rápida recuperación. (Foto: Adobe Stock)
La cirugía sin sangre reduce riesgos de infección y permite una más rápida recuperación. (Foto: Adobe Stock)

Es así que la indicación de una transfusión debe basarse en que los beneficios superen los riesgos inherentes a la misma, y que no se disponga de otra alternativa terapéutica.

Estos conceptos son más que suficientes para crear conciencia sobre la importancia de los pilares de este proyecto de gestión de la sangre del paciente que beneficia a toda la población.

La gestión de la sangre del paciente

La aparición de diversas técnicas quirúrgicas de «conservación de sangre» (por ejemplo, reducción al mínimo de la pérdida de sangre, ahorro de sangre y la hemodilución isovolémica aguda) modificó los procedimientos.

La base de estos esfuerzos es el concepto más amplio de «gestión de la sangre del paciente». Se trata de un enfoque centrado en el paciente que aborda la carencia de hierro, la anemia, las coagulopatías y la pérdida de sangre —tanto en los enfermos quirúrgicos como en los de otro tipo— como factores de riesgo de resultados médicos adversos.

La sangre es tejido vivo formado por líquidos y sólidos.  (Foto: Adobe Stock)
La sangre es tejido vivo formado por líquidos y sólidos. (Foto: Adobe Stock)

Según la GSP, la anemia y la carencia de hierro se clasifican por derecho propio como problemas graves de la salud mundial que afectan a miles de millones de personas. A pesar de ello, sigue habiendo un gran desconocimiento y una puesta en práctica escasa de la GSP como un marco general para hacer frente a los riesgos que conllevan

“Queda claro entonces que las políticas de GSP que permiten la cirugía sin sangre son políticas de ganancia para todos: el paciente y el sistema de salud. Varias clínicas en nuestro país están ya en este camino”, dijo Vilaseca.

Fuente: TN