Una mujer de 52 años y su hija de 25 fueron encontradas calcinadas en su vivienda de Bahía Blanca durante la madrugada del domingo. Las víctimas, identificadas como Myriam Adriana Velázquez y Mariana Belén Bustos, eran muy conocidas en su barrio por su trabajo y humildad. Las primeras pericias apuntan a un doble femicidio, y un hombre vinculado sentimentalmente con una de ellas sería el principal sospechoso.
El hecho ocurrió cerca de la 1 de la mañana en una casa ubicada en Santa Fe al 2300, en el barrio Noroeste de Bahía Blanca. Efectivos policiales y dotaciones de bomberos del Cuartel Central acudieron al lugar tras recibir un llamado de emergencia que alertaba sobre un incendio en el domicilio.
Al sofocar las llamas, los agentes descubrieron el peor escenario: madre e hija yacían sin vida sobre una misma cama, completamente calcinadas.
Los investigadores constataron que las puertas habían sido forzadas y que había rastros de combustible en distintos sectores de la vivienda. Además, vecinos escucharon disparos y vieron una moto roja que se alejó de la escena poco antes del incendio.
Estas evidencias refuerzan la hipótesis de un ataque premeditado y violento, posiblemente cometido por una persona cercana a las víctimas.
Quiénes eran las víctimas: dos mujeres queridas en el barrio
Una madre trabajadora y una joven emprendedora
Myriam Adriana Velázquez se ganaba la vida limpiando casas de familia, mientras que su hija Mariana elaboraba y vendía viandas de comida casera. La joven también había jugado al hockey en el club Palihue, donde —según familiares— sus padres se habían conocido años atrás.
Ambas eran descritas por los vecinos como mujeres trabajadoras, humildes y respetuosas, muy queridas en la comunidad.
Mariana, además, mantenía un fuerte vínculo con sus sobrinos y cuñadas, a quienes veía con frecuencia.
El testimonio del hijo y hermano de las víctimas
Leandro, hijo de Myriam y hermano de Mariana, relató a medios locales cómo se enteró del trágico hecho.
“Una conocida de mi mamá me llamó antes de cenar. Cuando llegué, los bomberos ya habían apagado el fuego. Para mí fue un doble femicidio, no tengo dudas”, declaró en diálogo con La Brújula 24.
El joven explicó que no había objetos de valor en la casa, salvo un teléfono celular y la moto de su hermana. También señaló que su madre mantenía algunas relaciones esporádicas, pero sin vínculos sentimentales estables.
“No era común que compartieran la cama, mi hermana solía dormir en su habitación. Esto fue algo provocado”, agregó.
Los vecinos, por su parte, aseguraron que intentaron ingresar al domicilio al ver el fuego, pero el humo intenso les impidió hacerlo.
Una comunidad conmocionada y una investigación en curso
El barrio permanece en estado de conmoción por el violento crimen. Las autoridades trabajan en recolectar pruebas y testimonios que permitan esclarecer el hecho y dar con el responsable.
Mientras tanto, amigos y allegados de las víctimas organizaron una marcha para pedir justicia y exigir que el caso no quede impune.
