Estados Unidos informó este jueves que llevó adelante un ataque aéreo contra una embarcación sospechada de transportar drogas en el Pacífico Oriental. El operativo, realizado en aguas internacionales y dirigido por el Comando Sur, dejó cuatro muertos y se suma a una serie de bombardeos que intensifican la tensión regional.
Un nuevo operativo bajo la estrategia antidrogas
Según detalló el Comando Sur en su cuenta oficial de X, la Fuerza de Tarea Conjunta Southern Spear ejecutó un “ataque cinético letal” contra un buque operado por una organización catalogada como terrorista. La inteligencia estadounidense habría confirmado que la lancha transportaba cargamentos ilícitos y navegaba por una ruta utilizada para el narcotráfico.
El resultado del operativo fue la muerte de cuatro presuntos “narcoterroristas”, según el reporte militar.
Más de 80 muertos desde septiembre
Este episodio se suma a una serie de ataques estadounidenses en el Caribe sur y el Pacífico desde septiembre, coincidiendo con el despliegue de una flota naval con el argumento de reforzar la lucha antidrogas.
Desde entonces, múltiples bombardeos a lanchas rápidas provocaron más de 80 muertes, generando preocupación internacional y cuestionamientos sobre la legalidad de los procedimientos.
Un segundo ataque, bajo investigación en el Congreso
Legisladores analizan un caso que podría ser considerado crimen de guerra
El nuevo bombardeo ocurre en paralelo a un debate en el Congreso de EE.UU. por otro ataque reciente en el Caribe. En ese caso, un segundo misil habría sido lanzado contra dos sobrevivientes de una lancha ya destruida, dejando 11 muertos en total.
El almirante Frank Bradley, jefe del Comando de Fuerzas de Operaciones Especiales, presentó a legisladores un video del operativo durante una reunión a puerta cerrada.
El demócrata Jim Himes calificó las imágenes como “una de las cosas más perturbadoras” de su carrera y denunció que el video muestra a militares estadounidenses disparando contra náufragos que no tenían posibilidad de escapar.
Desde la Casa Blanca se admitió la existencia de ese segundo ataque.
Posturas enfrentadas
Mientras varios demócratas cuestionaron la legalidad del bombardeo, el senador republicano Tom Cotton defendió la acción y aseguró que “fue un ataque legal”, subrayando que los dos sobrevivientes eran “criminales peligrosos”.
La controversia escaló debido a que tanto demócratas como republicanos solicitaron formalmente la audiencia, reflejando la preocupación transversal por los procedimientos militares.
El nuevo ataque amplifica la tensión entre EE.UU. y países del Caribe y Sudamérica, especialmente Venezuela y Colombia, en un contexto marcado por amenazas políticas y un número creciente de operativos letales en zonas de alta actividad de narcotráfico.
