Luego del alivio inicial tras los comicios, el mercado cambiario retomó la tensión. Este martes, el dólar mayorista volvió a subir y los paralelos acompañaron la tendencia, mientras bonos y acciones extendieron su rally impulsados por el optimismo electoral. Las tasas de interés, sin embargo, permanecen en niveles extremos.
El impacto positivo de los resultados electorales en los mercados se disipó rápidamente. Este martes, el dólar mayorista rebotó con fuerza y volvió a ubicarse cerca del techo de la banda, reflejando que la demanda de cobertura sigue activa.
Durante la jornada, la divisa alcanzó los $1485 y cerró cerca de $1470, mientras que el minorista volvió a rozar los $1500 en algunos bancos privados. En el segmento financiero, el dólar MEP avanzó 2,7% hasta $1475, y el Contado con Liquidación (CCL) superó los $1485.
Operadores explicaron que la presión responde al cierre de posiciones en instrumentos dollar linked y futuros, además del desarme del sintético D31O5 utilizado para arbitrar tasas. El volumen operado en el mercado contado superó los US$571 millones, en una jornada marcada por la volatilidad.
Bonos y acciones mantienen el impulso
A diferencia del frente cambiario, los activos financieros continuaron en alza. Las acciones argentinas prolongaron la euforia de la rueda anterior, con los ADRs en Wall Street ganando hasta 6,7%, encabezados por Grupo Galicia, Edenor y Supervielle.
En Buenos Aires, el S&P Merval subió 5,7% en pesos y 3,7% en dólares, alcanzando su nivel más alto en tres meses.
Los bonos soberanos en dólares también sostuvieron su tendencia positiva: el Global 2030 (GD30) mostró un rendimiento de un solo dígito, algo inédito desde comienzos de año. En tanto, el riesgo país se mantiene cerca de 700 puntos básicos, su menor nivel en casi un año.
“El humor del mercado cambió. El resultado electoral despeja riesgos y mejora la expectativa de reformas económicas”, señalaron desde una agencia bursátil.
El Gobierno busca aliviar la presión con un nuevo canje de deuda
El Ministerio de Economía avanzó con un canje de deuda por US$3300 millones en bonos dollar linked, con el objetivo de reducir los vencimientos del título D31O5 y sostener el esquema cambiario actual.
Con una adhesión estimada del 70%, el Tesoro busca evitar tensiones financieras tras los comicios y dar una señal de estabilidad: “El canje apunta a demostrar que no habrá una devaluación abrupta”, explicaron fuentes del mercado.
La contracara de la estabilidad cambiaria son las tasas de interés históricamente altas. La caución a un día llegó a superar el 80% de TNA, reflejando la fuerte contracción de pesos provocada por el operativo del Banco Central para contener la dolarización preelectoral.
Hacia el cierre, la tasa bajó al 70%, aunque los analistas advierten que la falta de liquidez sigue siendo total. “Si el Banco Central no emite, las tasas seguirán en alza”, alertaron consultoras financieras.
Las expectativas están puestas en la próxima licitación del Tesoro, que enfrenta vencimientos por $12 billones. Los analistas prevén que, una vez superado ese test, el Gobierno podría empezar a aflojar gradualmente las tasas, aunque con cautela para no reavivar la inflación.
“Las tasas altas frenan la economía y encarecen el crédito. Es momento de comenzar una baja moderada”, coincidieron operadores del mercado.


