La situación que atraviesa el Hotel Antártida refleja las dificultades que enfrenta el sector público desde la asunción de Javier Milei. Según Diego Lencina, secretario gremial de ATE, los contratos de aproximadamente 65 trabajadores temporarios del hotel vencieron esta semana y no fueron renovados, lo que hace inviable su funcionamiento. Estos contratos solían extenderse hasta después de Semana Santa, por lo que su desvinculación ha afectado gravemente la operatividad del establecimiento.
Además, la situación no solo impacta al Hotel Antártida. Los complejos turísticos de Chapadmalal también atraviesan una crisis similar tras su traspaso de la Secretaría de Turismo a la Agencia de Bienes del Estado, lo que podría llevar a su privatización. Esto pondría en peligro los empleos de más de 70 trabajadores.
El desmantelamiento de las políticas públicas
Los sindicatos, especialmente ATE, denuncian un proceso de desmantelamiento de las políticas públicas en favor del sector privado. Aseguran que el gobierno nacional está desmontando programas estatales que favorecían al sector turístico y cultural en favor de intereses privados. En este contexto, las autoridades de ATE están realizando gestiones con IOSFA para intentar revertir la situación.
Los empleados del Hotel Antártida subrayan la importancia de garantizar la continuidad de los contratos eventuales para preservar el funcionamiento de los establecimientos turísticos, que son esenciales para la economía y el turismo local. “El cierre de estos hoteles no solo implicaría una pérdida de empleos, sino también un impacto cultural y turístico para la ciudad”, señalaron. La incertidumbre sobre el futuro de este y otros establecimientos resalta la urgente necesidad de proteger tanto los empleos como estos lugares emblemáticos.
El posible cierre del Hotel Antártida simboliza los retos que enfrentan diversos sectores públicos ante las decisiones del gobierno actual. A medida que la crisis económica se profundiza, la viabilidad de muchos establecimientos turísticos y culturales está en peligro, lo que podría tener consecuencias significativas para la ciudad de Mar del Plata y sus trabajadores.
