El panorama en la Cámara Alta es adverso para el Ejecutivo. La nominación de Lijo ya cuenta con al menos 30 votos en contra, mientras que la de García-Mansilla enfrenta una oposición mayoritaria de 34 senadores de Unión por la Patria, con posibilidad de sumar a otros bloques.
Según la Constitución, el aval a jueces de la Corte requiere el apoyo de dos tercios de los presentes. Esto implica que con 25 votos negativos se frustra cualquier candidatura. En este contexto, la posibilidad de que ambos pliegos sean rechazados es alta.
Estrategias para evitar la sesión
Desde la Casa Rosada se han evaluado opciones para evitar una derrota. Entre las alternativas, se baraja la falta de quórum o postergar la votación. Sin embargo, la vicepresidenta Victoria Villarruel ha aclarado que una postergación requiere el pedido formal de varias bancadas.
El senador Carlos Espínola, del bloque Las Provincias Unidas, propuso aplazar la sesión, pero hasta ahora no ha habido un consenso político suficiente para hacerlo.
Divisiones y presiones políticas
El kirchnerismo se mantiene firme en su oposición, exigiendo la designación de una mujer en la Corte. La bancada radical también presenta fracturas: algunos senadores rechazan a Lijo, mientras que otros buscan evitar exponer su postura en el recinto.
Desde sectores aliados al oficialismo, se ha recomendado a la Casa Rosada retirar los pliegos para evitar una derrota. Entre ellos, el senador Luis Juez y el jefe de la bancada radical, Eduardo Vischi. No obstante, el Gobierno aún no ha dado respuesta a esta sugerencia.
