El vicepresidente de COMASA S.A., empresa textil instalada en Buena Esperanza desde 1987, Alejandro Sabbattini, advirtió que el sector enfrenta un escenario complejo por la caída del consumo interno y el ingreso de productos importados.
“Achicamos la rentabilidad al límite para mantenernos en pie”, expresó, y agregó: “Muchas fábricas tuvieron que modificar su producción para seguir operando.”
Producción y empleo
COMASA fabrica ropa de trabajo y bombachas de campo. Además de su planta en Buena Esperanza, donde emplea a 35 personas, tiene locales en la provincia de Buenos Aires y comercializa sus productos en todo el país. En total, son 100 empleados.
Sabbattini aclaró que la caída en las ventas no se debe tanto a la apertura de importaciones, sino a la situación económica general.
Datos del sector
Según un informe de la Federación de Industrias Textiles Argentinas, en agosto la producción cayó un 18% respecto al mismo mes del año pasado. En un año se perdieron 5.000 empleos, el uso de la capacidad instalada se hundió a 41,5%, las exportaciones bajaron y las importaciones se duplicaron.
“Cuando salga el informe de octubre será mucho peor: nosotros estuvimos un 30% abajo en relación al año pasado”, describió.
Consumo retraído y competencia
Aunque COMASA no compite directamente con productos importados, Sabbattini explicó que la llegada de textiles del exterior obligó a reconvertir a empresas locales, que ahora producen lo mismo que ellos, aumentando la competencia.
“El consumo interno está retraído. Nosotros achicamos la rentabilidad a un límite de subsistencia, porque no podemos aumentar los precios y los costos fijos siguen subiendo.”
Crisis y elecciones
El empresario consideró que octubre tuvo un componente “estacionario” por las elecciones: “La gente estaba con desánimo, en una situación muy peculiar.”
Compromiso con los trabajadores
Sabbattini destacó que la empresa tiene empleados desde hace más de 30 años y que planea mantenerlos todo lo posible: “Tratamos de llegar los 100 a la meta.”


