La iniciativa recibió luz verde en general con 140 votos afirmativos, 80 negativos y 17 abstenciones. Ahora, volverá a la Cámara alta ya que se modificó un artículo. La iniciativa establece que los decretos deberán ser tratados en el Congreso en un plazo de 90 días o caducarán. Además, marca que alcanzará con que sólo una de las dos Cámaras lo rechace para que pierda vigencia.
La reforma establece que los DNU deberán ser tratados obligatoriamente por ambas Cámaras del Congreso en un plazo máximo de 90 días desde su emisión. Además, introduce un cambio clave respecto al régimen actual: si una sola de las dos Cámaras rechaza un decreto, este automáticamente perderá vigencia.
En tanto, previo a la aprobación del proyecto, los DNU se mantenían en efecto mientras no sean rechazados expresamente por ambas Cámaras y sin un plazo definido para su tratamiento.