Femicidio de Agustina Fernández en Cipolletti: un jurado popular condenó al vecino por matarla a golpes

Un jurado popular declaró este miércoles culpable a Pablo Parra (38) por el femicidio de la estudiante de medicina Agustina Fernández (19) en Cipolletti, Río Negro, en julio de 2022. Resta ahora conocer la pena, que se determinará en una segunda instancia del juicio, con fecha a definir. De acuerdo con la ley, la única condena posible que puede recibir el acusado es la prisión perpetua.

Luego de diez días de juicio en el Polo Judicial de la ciudad, con la participación de más de 100 testigos -entre ellos, familiares y amigos de la víctima, vecinos, compañeros de trabajo y hasta una expareja del imputado-, el veredicto del jurado llegó tras los alegatos de las partes durante la mañana. Parra fue señalado por el jurado como autor de “femicidio, por haber sido cometido por un hombre a una mujer y mediar la violencia de género”.

“Se resolvió declararlo culpable. Ahora debe realizarse una segunda instancia, que es un juicio de imposición de pena. Allí no participa un jurado como en esta oportunidad, sino un juez técnico”, indicaron a TN desde el Ministerio Público Fiscal (MPF) rionegrino. “Por la calificación legal, corresponde la perpetua”, agregó la fuente.

En la audiencia final, primero expusieron los representantes de la acusación. “El primer día les pedí que siguieran el juicio en función de cuatro conceptos: obsesión, rechazo, ataque a traición y disfrazar el hecho”, argumentó Martín Pezzetta, fiscal del caso. “Un femicidio tiene una motivación, hay acoso y un detonante, con un intento de ocultamiento del hecho”, agregó el fiscal jefe, Santiago Márquez Gauna.

La hipótesis central de la investigación es que Parra asesinó a Agustina -una joven de Santa Rosa, La Pampa, que se había instalado en Cipolletti para estudiar medicina- al no soportar la decisión de la víctima de ponerle fin a la incipiente relación sentimental entre ellos, y luego de enterarse de que -horas antes- ella había mantenido un encuentro con otro joven en su departamento, situado en el mismo complejo donde también vivía el acusado.

“A usted, Pablo Parra, Agustina le dice ‘no es no’”
Luego fue el turno de la querella, encabezada por el abogado Emanuel Roa Moreno. “Agustina quiso escapar y alguien lo evitó. Ese alguien fue Pablo Parra”, aseguró en alusión a las lesiones que la víctima sufrió inicialmente, en un intento de huir del ataque: aquel sábado 2 de julio, el asesino le cerró la puerta en la mano y le provocó la fractura de cuatro dedos. Segundos después, golpeó a Agustina con un palo en la cabeza y en la cara, provocándole las gravísimas lesiones que derivaron -tres días más tarde- en su muerte.

“Esa puerta que no se abrió, que no permitió que los sueños de Agustina siguieran, la tenemos que cerrar declarando culpable a quien le quitó los sueños. A esa persona la tienen que declarar culpable. Culpable de femicidio. Culpable de que mató a una mujer con violencia de género”, había señalado previamente Márquez Gauna.

Uno de los momentos de mayor tensión durante la audiencia de cierre fue cuando Silvana Cappello, madre de Agustina, le habló por primera vez al acusado. A tres metros de distancia, y mirándolo a los ojos, le dijo: “A usted, señor Parra, Agustina le dice ‘no es no’”.

La defensa, por su parte, intentó hasta último momento convencer al jurado de la inocencia de Parra y profundizó -sin éxito- sobre la hipótesis de un robo con otro autor involucrado. Esa versión fue sostenida de entrada por el vecino, e inicialmente fue apoyada por la investigación. Parra fue detenido recién a fines de 2022, cuando ya habían transcurrido más de cinco meses del crimen.

El acusado continuó con su vida habitual durante ese tiempo. Se dejó ver en fiestas electrónicas y hasta dio una entrevista en la que se despegó del hecho. “Yo tengo la conciencia tranquila, soy inocente y quiero justicia para Agus. Esto se va a resolver y espero que entonces la gente me pida perdón por todo lo que estoy pasando”, dijo entonces a La Mañana de Cipolletti.

La investigación dio un giro definitivo con la aparición de una prueba clave en el patio trasero del departamento de Confluencia 1301, donde ocurrió el ataque: restos de ADN de Parra en una tela azul que quedó colgada de un rollo de alambre de púas en el patio trasero de su departamento.

El mismo perfil genético fue hallado en las ropas de Agustina, y los detectives siguieron desde entonces la pista de que el vecino podía haber escapado por allí luego de matar a la chica.

En paralelo, la fiscalía venía sumando testimonios de amigas de la víctima que aseguraban que el vecino estaba “obsesionado” con ella. Pezzetta mencionó que Parra le había hecho a Agustina dos regalos: un anillo de compromiso y un viaje a San Martín de los Andes. Y agregó que ella, en un intento por ponerle un freno, los rechazó.

Fuente: TN