El Gobierno nacional oficializó esta semana la disolución del Servicio Argentino de Calibración y Medición del INTI, un área clave que operó durante más de cuatro décadas. La medida, publicada en el Boletín Oficial bajo el argumento de una “modernización administrativa”, desplaza funciones centrales del Estado hacia el Organismo Argentino de Acreditación (OAA) y laboratorios privados, generando preocupación en el sistema científico y en sectores industriales.
Un área estratégica que funcionó 40 años
El Servicio Argentino de Calibración y Medición (SAC) era el organismo responsable de coordinar la red nacional de laboratorios, garantizar estándares homogéneos y certificar mediciones en sectores críticos como energía, salud, alimentos, transporte y procesos industriales.
Su eliminación implica desarmar una estructura que posicionó a la Argentina entre los países con mejores estándares de metrología en Latinoamérica.
El argumento oficial: modernización administrativa
La resolución fue presentada como parte de un proceso de “simplificación” del Estado. Sin embargo, especialistas advierten que la medida debilita la capacidad pública para supervisar mediciones sensibles y desplaza tareas estratégicas hacia el sector privado.
Expertos alertan por el retroceso técnico
Enrique Martínez, expresidente del INTI, criticó duramente la decisión y afirmó que significa “borrar al Estado de una prestación única en Latinoamérica”. Investigadores, técnicos y empresas manifestaron preocupación ante la pérdida de un organismo que ofrecía un marco confiable para operar con estándares unificados.
El clima general en el sector es de incertidumbre por el impacto en la industria y la ciencia aplicada.
Qué cambia con el fin del SAC del INTI
Laboratorios sin coordinación estatal
Con el cierre del servicio, cada laboratorio deberá reorganizarse de manera independiente, obtener acreditación del OAA y asumir costos adicionales. Lo que el Gobierno define como eficiencia se traduce, según expertos, en un sistema más fragmentado y con menor supervisión estatal.
Menos control en áreas sensibles
El INTI sostenía un sistema público que garantizaba calidad y uniformidad en certificaciones. Su salida deja un vacío técnico en un país que requiere mediciones precisas para producir, exportar y asegurar procesos confiables.
Una política alineada con la desregulación
La medida se enmarca en una estrategia gubernamental que reduce la intervención estatal incluso en áreas donde históricamente se garantizó transparencia y seguridad. El desmantelamiento del SAC deja al sector productivo con mayor dependencia de prestadores privados y con menos respaldo técnico.


