Científicos de la NASA lograron descifrar la causa del fenómeno del agua turquesa que rodea a las Islas Malvinas. Gracias a imágenes satelitales tomadas en diciembre de 2024, descubrieron que la intensa coloración proviene de una masiva floración de fitoplancton, un indicador positivo del estado del océano Atlántico Sur y de su biodiversidad.Imágenes captadas desde el espacio por los satélites de la NASA revelaron una impresionante floración de fitoplancton en la plataforma patagónica, cerca de las Islas Malvinas.
El hallazgo, realizado el 28 de diciembre de 2024 mediante el Ocean Color Instrument (OCI), mostró remolinos verde-azulados que se extendían a lo largo de más de 1.000 kilómetros, reflejando una notable abundancia de nutrientes en las aguas argentinas.
Estas floraciones, impulsadas por corrientes marinas frías y ricas en minerales, son fenómenos recurrentes en la región. En esta ocasión, la presencia de cocolitóforos, diminutos organismos cubiertos por carbonato de calcio, generó el tono turquesa característico visible desde el espacio.
El fitoplancton está formado por microorganismos marinos similares a las plantas que utilizan la luz solar y la clorofila para realizar fotosíntesis. Además de ser la base de la cadena alimentaria marina, cumple un rol crucial en la regulación del clima al absorber dióxido de carbono (CO₂) de la atmósfera.
Cuando mueren, estos organismos transportan el carbono hacia el fondo del océano, contribuyendo a mitigar el efecto del cambio climático.
Su proliferación en las frías aguas de la Corriente de Malvinas, una rama de la Corriente Circumpolar Antártica, demuestra la alta productividad biológica de esta zona.
Un reflejo de la salud del océano argentino
Según los especialistas, las floraciones de fitoplancton no solo embellecen visualmente el Atlántico Sur, sino que también actúan como termómetros biológicos: cuando los niveles de nutrientes son adecuados, las poblaciones crecen y sostienen la vida marina, desde el zooplancton hasta los peces y mamíferos.
Estas condiciones naturales, sin embargo, están amenazadas por factores externos como el calentamiento global y la presión pesquera internacional en torno al archipiélago. Ambos elementos representan desafíos para la conservación de la biodiversidad y el equilibrio ecológico de la región.
El hallazgo de la NASA no solo tiene valor científico, sino también simbólico: resalta la importancia ambiental y geopolítica del Atlántico Sur, una zona de gran riqueza natural bajo constante observación internacional.
El estudio ofrece una nueva perspectiva sobre la interacción entre los océanos, el clima y la vida marina, subrayando la necesidad de proteger los ecosistemas patagónicos frente a las presiones humanas.