La intentaron matar, la amenazaron y quedaron libres: el duro testimonio de la jueza de Paz de Buena Esperanza

La jueza de Paz de Buena Esperanza, Dalia Rivero, expresó su profunda decepción con el Poder Judicial luego de que dos hermanas acusadas de intentar matarla quedaran procesadas sin prisión preventiva. Lo hizo en una extensa entrevista en FM Open, radio de la localidad cabecera del departamento Dupuy.

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“Estoy muy decepcionada de la justicia para la que trabajo”, resumió.

El ataque a plena luz del día

Rivero relató que el último episodio ocurrió el miércoles 3 de diciembre, cerca de su lugar de trabajo. Había ido a retirar su auto de un lavadero y regresaba al juzgado.

“El miércoles 3 de diciembre estuve trabajando toda la mañana y a las 13.00 me avisan que el auto estaba listo. Fui a buscarlo para volver a mi lugar de trabajo y habré hecho 100 metros cuando se me cruza alguien de golpe enfrente, con una especie de roca levantada sobre su cabeza”, contó.

La agresora la obligó a frenar y arrojó la piedra contra el parabrisas. Luego, otro impacto rompió la ventanilla del conductor. Los insultos comenzaron de inmediato.

El ataque continuó cuando las mujeres abrieron la puerta, sacaron a la jueza del vehículo y la arrastraron por el piso mientras la golpeaban.

La intervención de un vecino y el festejo en redes

Rivero quedó en estado de shock. Un vecino intervino y logró frenar la agresión. “Era tal el estado en el que estaba que no me di cuenta quién era”, recordó.

Tras ser separadas, las atacantes continuaron con los insultos y luego celebraron la agresión con publicaciones en redes sociales.

La audiencia y la decisión judicial

Días después, el juez de Garantía N°1, Alfredo Cuello, encabezó la audiencia de formulación de cargos. Las acusadas fueron identificadas como Melisa y Érica Bulacio.

A pedido de los fiscales José Olguín y Marcelo Palacio, quedaron imputadas por “daños” y “homicidio en grado de tentativa”. Sin embargo, el magistrado entendió que no estaban dadas las condiciones para dictar prisión preventiva.

Un conflicto que llevaba meses

Rivero explicó que el hostigamiento comenzó en abril de 2024, por una situación de celos vinculada a la pareja de Melisa Bulacio.

“Cuando me plantea que tiene celos, le hice enviar todas las cosas con un flete, porque sabíamos que ella era una persona complicada”, señaló.

Desde entonces, comenzaron los mensajes, las amenazas públicas, la vigilancia en inmediaciones del juzgado y las intimidaciones hacia su hija.

Restricciones que nunca se cumplieron

La jueza solicitó restricciones de acercamiento y contacto, que la Justicia concedió. Pero nunca se cumplieron.

“Una vez hasta se metió en mi casa y la tuvo que sacar la Policía”, afirmó.

Pese a las denuncias, capturas y antecedentes, no hubo consecuencias ante los incumplimientos.

“Todo fue lerdo y no pasó nada”

Rivero también sufrió ataques de la pareja de una de las agresoras y un hostigamiento constante en redes sociales.

“La justicia me ha decepcionado, todo fue lerdo y ante los incumplimientos no pasó nada. No me lo esperaba”, lamentó.

Su abogado y la Fiscalía cuestionaron la libertad de las imputadas.

“No coincidimos con la decisión de Cuello de dejarlas en libertad. Nos parece que esto ha trascendido todos los límites”, sostuvieron.

Rivero cerró con una frase que resume su estado de ánimo: “Esperemos que la justicia responda”.


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