La comunidad universitaria de San Luis despidió a Esther Picco, exrectora de la Universidad Nacional de San Luis (UNSL), quien falleció el viernes. Sus restos fueron velados en el Hall del Centro Cultural de la institución.
Picco fue la primera mujer en conducir la UNSL y también la primera en presidir el Consejo Interuniversitario Nacional (CIN).
Trayectoria académica y política
Licenciada en Psicología por la Universidad Nacional de Cuyo, Picco también se recibió de Profesora en Pedagogía y Psicología en 1965. Desde sus primeros años en San Luis, se convirtió en una figura clave dentro de la formación académica y de la vida institucional.
Entre 1984 y 1986 se desempeñó como decana normalizadora de la Facultad de Ciencias de la Educación (hoy Facultad de Ciencias Humanas). Luego, entre 1986 y 1988, fue decana electa de esa unidad académica.
Su vocación política la llevó a integrar la Convención Constituyente provincial como diputada y a ocupar la vicepresidencia de la Comisión de Educación. También fue rectora normalizadora del Instituto de Enseñanza Superior Antonio Esteban Agüero y asesora en la Cámara de Diputados de la Nación entre 1992 y 1995.
Rectorado y reconocimientos
En 1995 asumió como rectora de la UNSL, cargo que ejerció hasta 1998. Su gestión marcó un hito dentro de la historia universitaria por abrir el camino a la participación femenina en los máximos espacios de conducción.
En 2013 recibió el Premio Rector Mauricio Amílcar López, distinción otorgada a personalidades comprometidas con la memoria, la justicia y la plena vigencia de los Derechos Humanos.
En 2023, el Foro de Rectoras y Vicerrectoras de Instituciones Universitarias Públicas (FoReVi) del CIN volvió a reconocer su liderazgo durante el 90º Plenario celebrado en San Luis, donde fue recordada como la primera mujer en presidir el Consejo.
El legado de Esther Picco
En uno de sus últimos textos, escrito en el marco de los 40 años del CIN, dejó un mensaje que hoy resuena con fuerza en el ámbito académico:
“Vivimos momentos difíciles, las universidades están más amenazadas que nunca, pero si mantenemos nuestras convicciones, la lucha vale la pena. La defensa debe ser colectiva, sin renuncias. La autonomía debe seguir siendo su marca de identidad. La inclusión ligada a la democratización es fundamental: ampliar el acceso no es democratizar si no se reduce la desigualdad”.
Esther Picco se consolidó como referente indiscutida de la educación superior en Argentina. Su trayectoria combinó militancia, gestión universitaria y defensa inquebrantable de los Derechos Humanos.
