Luiz Inácio Lula da Silva, tres veces presidente de Brasil y símbolo de la resiliencia política latinoamericana, cumple 80 años este 27 de octubre. Obrero metalúrgico, sindicalista y fundador del Partido de los Trabajadores (PT), Lula llega a esta nueva década con la mirada puesta en 2026, cuando buscará su cuarto mandato al frente del país más poblado de América Latina.
De Pernambuco al Planalto: una vida marcada por la lucha
Nacido en Garanhuns, en el estado nordestino de Pernambuco, Lula creció en una familia humilde y comenzó su carrera como tornero mecánico. Desde los sindicatos se convirtió en una figura clave de la resistencia contra la dictadura militar brasileña (1964-1985).
Tras tres derrotas consecutivas, en 2003 alcanzó por primera vez la presidencia y cambió el rumbo político del país. Su figura trascendió fronteras, convirtiéndose en un referente progresista regional y un símbolo de superación personal.
Los tres mandatos que transformaron a Brasil
El periodista brasileño Helio Rocha resume su trayectoria en tres etapas:
- Primer mandato (2003-2006): centrado en la erradicación del hambre, logró que más de 40 millones de brasileños salieran de la pobreza extrema gracias a programas sociales como Bolsa Família.
- Segundo mandato (2007-2010): apostó por la modernización de la infraestructura y la proyección internacional del país, impulsando la creación de los BRICS y consolidando a Brasil como potencia emergente.
- Tercer mandato (desde 2023): con un contexto político polarizado, Lula enfrenta el desafío de reconstruir la institucionalidad tras el bolsonarismo y estabilizar una economía golpeada por la recesión.
“Cada gobierno de Lula ha tenido una misión distinta, pero todos muestran su capacidad de adaptación y resistencia”, destacó el politólogo Ariel Goldstein.
Un líder que vuelve a reinventarse
A sus 80 años, Lula se prepara para disputar la reelección en 2026. Según el analista Mariano Fraschini, “es el mismo Lula, pero con aliados más moderados. Ha debido resignar posiciones para vencer a Jair Bolsonaro y mantener la gobernabilidad”.
El mandatario enfrenta un panorama político más complejo que en sus primeras presidencias, en una región donde los oficialismos atraviesan fuertes tensiones. Aun así, su figura conserva peso internacional, sobre todo dentro del bloque BRICS, donde Brasil mantiene una posición estratégica.
Desafíos actuales y legado histórico
La popularidad de Lula ha tenido altibajos: tras un inicio optimista, la recesión y las tensiones en el Congreso impactaron su imagen. Sin embargo, mantiene entre 30% y 40% de apoyo, cifras habituales para los gobiernos latinoamericanos.
“La gran incógnita es cómo enfrentará el desgaste y el recambio generacional de un líder irremplazable”, planteó Goldstein.
Más allá de las encuestas, su legado trasciende los números. “Lula representa la coherencia y la lucha de un hombre que vino desde abajo. Su historia demuestra que nunca hay que rendirse”, afirmó Fraschini.
Rocha, en tanto, fue más optimista: “Lula transformó Brasil en un país grande. Siempre parece tener un nuevo capítulo por escribir”.


