El secretario de Estado de EE. UU., Marco Rubio, visitó Doha tras reunirse en Israel con Benjamín Netanyahu. Solicitó al emir de Qatar que mantenga su rol como mediador con Hamas y advirtió que queda “muy poco tiempo” para alcanzar un alto el fuego.
El secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, llegó este martes a Doha, Qatar, luego de su paso por Jerusalén y Tel Aviv, donde respaldó la ofensiva israelí contra Hamas.
En su encuentro con el emir Tamim bin Hamad Al-Thani, Rubio insistió en que Doha es el único país con capacidad real para negociar un alto el fuego. “El margen de tiempo ya no se mide en meses, sino en días”, subrayó ante periodistas antes de partir de Israel.
Un rol estratégico en medio de tensiones diplomáticas
Pese a la reciente tensión provocada por un ataque israelí en Doha contra dirigentes de Hamas, Qatar ratificó su compromiso como mediador junto a Egipto y Estados Unidos. El emirato calificó esa acción como “cobarde y traicionera”, pero aclaró que no se apartará del proceso de negociación.
Rubio, por su parte, defendió la importancia de la participación qatarí: “Si hay un país en el mundo que pueda contribuir a poner fin a este conflicto a través de una negociación, ese país es Qatar”, señaló.
Un acuerdo de defensa en etapa final
Durante su viaje, Rubio anunció que Washington y Doha están a punto de cerrar un acuerdo reforzado de cooperación en defensa. La iniciativa cobra relevancia tras el ataque israelí en la capital catarí y en un contexto de creciente inestabilidad en Medio Oriente.
“Tenemos una asociación cercana con los cataríes y estamos trabajando para concluir un pacto que fortalezca nuestra cooperación militar”, detalló el funcionario.
Este compromiso se suma a la promesa realizada en mayo por el presidente Donald Trump, quien garantizó a Qatar apoyo militar en caso de ser atacado.
Escalada militar y rehenes en riesgo
Mientras avanzaban las gestiones diplomáticas, testigos reportaron a la agencia AFP nuevos bombardeos israelíes sobre Ciudad de Gaza. Los ataques destruyeron viviendas y dejaron un número indeterminado de víctimas bajo los escombros.
Israel sostiene que estas operaciones buscan debilitar la infraestructura de Hamas y presionar por la liberación de los 47 rehenes que aún permanecen en manos del grupo, de los cuales 25 habrían muerto, según cifras oficiales.


