Milei se ausenta del G20 y sigue la línea de Trump: tensión diplomática

El presidente Javier Milei confirmó que no participará en la cumbre del G20 en Johannesburgo, Sudáfrica. La decisión, alineada con la postura de boicot impulsada por Donald Trump, generó sorpresa y críticas entre los principales aliados internacionales de la Argentina.

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La ausencia del mandatario argentino en la cumbre del G20 despertó reacciones en las principales capitales del mundo. Aunque la decisión había sido objeto de especulaciones durante semanas, su confirmación reavivó el debate sobre el rumbo de la política exterior argentina.

La postura de Milei coincide con la línea trazada por Donald Trump, quien también decidió no asistir al encuentro en protesta contra organismos multilaterales. Sin embargo, distintos analistas y diplomáticos advierten que, a diferencia de Estados Unidos, Argentina no posee el mismo peso geopolítico para sostener una ausencia sin consecuencias.

Críticas por priorizar afinidades ideológicas sobre intereses nacionales

En el ámbito diplomático, la decisión se interpreta como un gesto de fidelidad hacia la Casa Blanca y el expresidente estadounidense. “La Argentina no es Estados Unidos”, señalan fuentes del cuerpo diplomático, subrayando que las alianzas políticas no deberían prevalecer sobre los intereses comerciales y estratégicos del país.

El G20, que reúne a las principales potencias económicas y a socios históricos de la Argentina —como Brasil, China y las naciones europeas—, es visto como un espacio clave de diálogo en un contexto global cada vez más complejo. La ausencia del jefe de Estado podría limitar la participación argentina en decisiones relevantes sobre economía, comercio y gobernanza internacional.

Un escenario internacional marcado por tensiones

La cumbre de Johannesburgo busca acordar un comunicado final en tiempo récord, en medio de tensiones por la falta de coordinación entre las delegaciones. En este contexto, el nuevo canciller Pablo Quirno deberá representar a la Argentina y garantizar que sus intereses sean considerados en el documento de cierre.

La situación recuerda la ausencia de Cristina Fernández de Kirchner en el G20 de 2015 en Turquía, cuando envió en su lugar al entonces ministro Axel Kicillof. Para muchos, este tipo de decisiones consolidan una tendencia de “diplomacia personalista”, donde la afinidad entre líderes pesa más que la estrategia de Estado.

La política exterior argentina bajo la lupa

La decisión de Milei refuerza un estilo de política exterior centrado en vínculos personales y afinidades ideológicas. Si bien el presidente busca proyectar una imagen coherente con su admiración hacia Trump, especialistas en relaciones internacionales advierten que este enfoque puede aislar al país en momentos en que se necesita mayor integración global.

El desafío para la Cancillería será, ahora, recomponer el diálogo con los socios estratégicos y evitar que la ausencia del mandatario se interprete como un gesto de desinterés o distanciamiento frente a los grandes debates internacionales.


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