El rector saliente de la Universidad Nacional de San Luis (UNSL), Víctor Moriñigo, participará este miércoles del acto de jura de su sucesor y luego será parte de la movilización en defensa del financiamiento universitario.
“Si la ley no se aprueba, será muy difícil que las universidades funcionen en 2026”, advirtió.
Últimas horas como rector
Este miércoles a las 10.00, Víctor Moriñigo dejará formalmente la conducción de la UNSL. En la ceremonia, Raúl Gil jurará como nuevo rector y Claudia Brusasca como vicerrectora, junto con los decanos que asumirán el período 2025-2028.
“Estamos ahora a horas de despedirnos. Vuelvo a las aulas, a dar clases. En lo político, no pienso regresar a la gestión: creo que fue una etapa cumplida y que a las instituciones les hace bien oxigenarse”, expresó Moriñigo.
El rector destacó que se va “sin denuncias, sin escándalos y muy querido por la comunidad”, después de seis años al frente de la Universidad.
Balance de gestión en tiempos adversos
Durante su mandato, Moriñigo atravesó tres contextos nacionales muy distintos: los últimos meses de Mauricio Macri, los cuatro años de Alberto Fernández —con inflación y pandemia— y la llegada de Javier Milei.
“Me tocó asumir con la deuda de casi seis meses de funcionamiento, después vino la pandemia y ahora este escenario de ajuste. A pesar de todo, logramos cosas importantes, como internacionalizar la universidad y mantener un fuerte vínculo con la sociedad”, señaló.
Entre los logros, resaltó que la UNSL fue reconocida dos años consecutivos como la sexta universidad del país en internacionalización y que la institución se consolidó como un espacio con fuerte anclaje social.
De la ceremonia a la marcha
Una vez concluido el acto institucional, Moriñigo se sumará a la marcha federal universitaria contra el veto presidencial a la Ley de Financiamiento Universitario, convocada desde las 13.00 en el rectorado.
“El próximo rector decidió marchar inmediatamente después del acto, aprovechando que estarán presentes autoridades de otras universidades. Yo me sacaré el traje, me pondré una remera y un jean, y estaré en medio de la movilización”, afirmó.
Advertencia sobre el futuro
El ex presidente del Consejo Interuniversitario Nacional (CIN) planteó la gravedad del escenario: “El año pasado había que salir contra un gobierno con 60% de imagen positiva. Hoy el contexto es otro, pero si la ley no se aprueba, será muy difícil que las universidades funcionen en 2026”.
También cuestionó la falta de capacidad de gestión del Ejecutivo: “Muchas problemáticas —discapacidad, jubilaciones, ATN para las provincias— deberían resolverse en una mesa. Pero el gobierno no tiene resortes de gestión y todo termina en leyes y protestas”.
Un futuro en las aulas
Moriñigo aseguró que su vida política universitaria está cerrada: “De mi parte no va a haber amagues. Vuelvo a dar clases, que es lo que corresponde. Me despido tranquilo y con la satisfacción de haber entregado una universidad un poco más arriba de la que recibí”.