Murió Kshamenk, la orca de Mundo Marino tras 33 años

Kshamenk, la orca macho que vivió más de tres décadas en cautiverio en Mundo Marino, murió en las últimas horas en el parque de San Clemente del Tuyú. La noticia fue confirmada por la empresa a través de un emotivo comunicado en redes sociales, donde destacaron su historia, su rescate y el legado que dejó en la conservación de la fauna marina.

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La muerte de Kshamenk generó una fuerte repercusión en redes sociales y entre defensores de los animales. El ejemplar, que permanecía en cautiverio desde comienzos de la década del 90, era uno de los símbolos más reconocidos del parque temático ubicado en la costa atlántica bonaerense.

“Hoy nos dejó Kshamenk. Es difícil describir el dolor que sentimos. Era parte de nuestra familia”, expresaron desde Mundo Marino en un mensaje difundido junto a un video homenaje.

La despedida y el mensaje del parque

Desde la institución aseguraron que la orca dejó una huella profunda en quienes trabajaron con él durante todos estos años.
“Nos enseñó sobre el amor y sobre cómo entendernos sin compartir el mismo lenguaje”, señalaron, y remarcaron que su recuerdo seguirá presente en las tareas educativas y de conservación que desarrolla el parque.

El comunicado también subrayó que el vínculo con Kshamenk reforzó su compromiso con la protección de la biodiversidad marina.

La historia de Kshamenk: del rescate al cautiverio

Un varamiento que marcó su destino

Kshamenk llegó a Mundo Marino en febrero de 1992, luego de que vecinos alertaran sobre el varamiento de cuatro orcas en la Ría de Ajó. Al arribar al lugar, los rescatistas encontraron solo a una cría, separada de su grupo y en estado crítico.

Según explicaron desde la empresa, se intentó su reinserción en el mar, pero el delicado estado de salud del animal lo impidió. Ante ese escenario, y por recomendación de especialistas internacionales y autoridades nacionales, se decidió su traslado a las instalaciones del parque para garantizar su supervivencia.

33 años bajo cuidado humano

El proceso de recuperación fue largo y complejo, pero permitió que Kshamenk sobreviviera. Desde entonces, el parque asumió la responsabilidad de su cuidado durante más de 33 años, convirtiéndolo en la última orca que permanecía en cautiverio en el lugar.

Un legado que trasciende su vida

Desde Mundo Marino señalaron que la muerte de Kshamenk no marca un final, sino un compromiso renovado con la educación ambiental y la conservación de especies marinas.
“Hoy nos toca despedirnos, pero seguirá presente en nuestro trabajo por la biodiversidad”, concluyó el comunicado.


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