La AFA confirmó que Nicolás Ramírez será el árbitro del próximo Superclásico entre River y Boca, y en el mundo Xeneize encendieron las alarmas. Será la tercera vez consecutiva que el juez nacido en González Catán dirija el partido más importante del fútbol argentino, tras haber estado presente en los dos enfrentamientos de 2024.
Aunque en el club de la Ribera reconocen que Ramírez, de 37 años, atraviesa un gran momento y es uno de los mejores árbitros del país, todavía persiste el malestar por lo ocurrido en la derrota 1-0 en la Bombonera, cuando anuló un gol de Milton Giménez sobre la hora.
El gol anulado que marcó un antes y un después
Aquel encuentro, que terminó con victoria de River gracias al tanto de Manuel Lanzini, dejó un sabor amargo en Boca. En la última jugada, un centro cruzado desde la izquierda encontró a Giménez y a Franco Armani disputando la pelota, que terminó dentro del arco. Sin embargo, el árbitro, tras revisar la jugada en el VAR, anuló el gol por una mano del delantero y no sancionó un posible penal por un pisotón del arquero millonario. La decisión provocó fuertes reclamos y la expulsión de Cristian Lema, cerrando una tarde que detonó una crisis interna en el club.
Las rápidas amarillas en el Monumental
Siete meses después, Ramírez volvió a dirigir otro Superclásico, esta vez en el Monumental, donde River volvió a imponerse 2-1 con goles de Franco Mastantuono y Sebastián Driussi. Aunque el encuentro transcurrió sin grandes polémicas, Marcos Rojo y Toto Belmonte se quejaron del criterio del juez por la rapidez con la que mostró tarjetas amarillas. De hecho, a los 23 minutos de juego, Boca ya tenía tres amonestados: Belmonte (12’), Ayrton Costa (19’) y el propio Rojo (23’).
Pese a las críticas, las evaluaciones arbitrales oficiales fueron positivas y Ramírez se consolidó como una de las figuras destacadas del arbitraje argentino.
Cómo lo recuerdan en River y en Boca
Mientras en River valoran sus actuaciones y celebran que ambos Superclásicos anteriores terminaron con triunfo, en Boca persiste la desconfianza. Más allá del reconocimiento a su nivel, el recuerdo de aquel partido en la Bombonera sigue presente entre los hinchas y dirigentes.
El próximo enfrentamiento, nuevamente bajo su dirección, promete estar cargado de tensión y con la lupa puesta en cada decisión del juez.


