El Tribunal de Impugnaciones de la segunda circunscripción dictó prisión preventiva por 60 días para Melisa Bulacio, una de las acusadas por el brutal ataque contra la jueza de Paz de Buena Esperanza, Dalia Rivero.
La decisión se tomó en el marco de la causa que investiga a Melisa y Érica Bulacio como coautoras de los delitos de daños y homicidio en grado de tentativa. El Tribunal dispuso el encarcelamiento de Melisa y confirmó las medidas impuestas a su hermana.
La revisión de la medida inicial
Las imputadas habían quedado en libertad tras la audiencia de formulación de cargos, por disposición del juez de Garantía N°1, Alfredo Cuello, quien había ordenado prohibición de acercamiento e impedimento de contacto entre las partes.
Esa resolución fue cuestionada por la Fiscalía y la querella, que solicitaron la prisión preventiva por cuatro meses. El recurso fue analizado por el Tribunal integrado por Hernán Herrera, María Monserrath Bocca y Marcelo Bustamante Marone, que hizo lugar de forma parcial y ordenó la detención de Melisa Bulacio por 60 días. En relación con Érica Bulacio, el Tribunal ratificó las medidas alternativas.
Fundamentos del Tribunal
Los jueces consideraron que existen elementos suficientes para sostener la existencia del hecho y la intervención de Melisa Bulacio. En cambio, respecto de Érica, el estándar probatorio no alcanzó para sostener su participación como coautora.
El fallo también analizó los riesgos procesales, entre ellos el peligro de fuga, el entorpecimiento de la investigación, la calificación legal, la gravedad del hecho, la pena en expectativa, la desobediencia a órdenes judiciales y el riesgo para la integridad de la víctima.
El Tribunal concluyó que las medidas morigeradas resultaban insuficientes y que la prisión preventiva era la única respuesta posible en esta etapa del proceso, por resultar proporcional, idónea y necesaria.
Cómo fue el ataque
De acuerdo con la imputación, el 3 de diciembre las acusadas interceptaron el vehículo en el que circulaba Dalia Rivero y le arrojaron piedras de gran tamaño. Luego, una de ellas lanzó una roca contra el vidrio del conductor, que estalló.
Después, volvió a arrojar una piedra dirigida a la cabeza de la jueza, quien logró amortiguar el impacto con la mano. Una médica forense constató las lesiones.
El ataque continuó cuando las imputadas sacaron a la jueza del vehículo, la arrastraron por el piso y la golpearon. La intervención de un vecino evitó consecuencias de mayor gravedad.


